viernes, 13 de agosto de 2010

CAP 58

Tío nick. Por supuesto, los niños siempre lo habían considerado de la familia, pero ese día, después de oírse llamar tía miley durante horas, le pareció que sonaba diferente. Tía miley y tío nick.
La idea la sacudió con fuerza. No podía tener aquella fantasía, aunque fuera inconsciente. Y si era así, tendría que olvidarla en el acto. nick sólo la estaba ayudando a solucionar un problema y, aunque lo estuvieran pasando muy bien en el proceso, no creía que a él se le hubiera ocurrido una relación de aquel tipo con ella o ya se lo habría dicho antes. No, definitivamente, nick no podía tener sueños de felices para siempre con ella, pensó al verlo bajar de la furgoneta.
-¡Eh, tío nick ! -lo llamó Sarah mientras se lanzaba a la carrera hacia el aparcamiento.
-¡Sarah! -gritó Joan al ver un coche entrar con rapidez sin haber visto a la niña.
Pero Sarah ya estaba a un cuerpo por delante de su madre.
Sin soltar a Kimberly, miley se lanzó a correr también aunque sabía que ni ella ni Joan llegarían a tiempo
En el último minuto, cuando miley estaba demasiado horrorizada hasta para gritar, nick se interpuso en el camino del coche, agarró a la niña y la apartó.
El conductor, un adolescente, apretó los frenos y saltó del coche.
-¡Oh, Dios mío! No la había visto.
nick apretó a la sollozante Sarah en sus brazos. Tenía la respiración jadeante.
-Eso me pareció -miró a la niña-. ¿Estás bien, cariño?
La voz de la niña salió ahogada contra su camisa.
-Creo... que si...
-Sarah! -Joan llegó hasta ellos y pasó un brazo por los hombros de su hija-. ¿Te has hecho daño? ¿Te duele algo?
-No... no.
La niña estaba al borde de las lágrimas.
Joan suspiró de alivio justo cuando Cindy y Deena llegaron a su lado y la abrazaron. Todo el mundo empezó a hablar a la vez mientras que Joan inspiraba para calmarse y recuperar el color.
Por fin, Joan alzó la mano para pedir silencio.
-Bájala por favor, nick . Sarah y yo vamos a ir hasta ese árbol a tener una pequeña conversación acerca de salir corriendo en los aparcamientos.
-Yo no corro -anunció Mauro.
-Yo tampoco -coreó Jason
-Ni yo -gritó Kimberly desde los brazos de miley .
-Y eso es lo que tienen que seguir haciendo -dijo nick mirándolos con cariño.
El adolescente se acercó a Joan.
-Lo siento, señora cyrus. No debería haber venido conduciendo tan aprisa. Me han regalado el coche hoy y quería enseñárselo a mis amigos. No sé lo que habría hecho si le hubiera pasado algo a la niña.
Joan agarró a su hija de la mano.
-Por suerte no ha pasado nada. Te llamas Eddie, ¿verdad?
-Sí, señora. Eddie Dunnett.
-Bueno, has tenido suerte, Eddie. Por suerte, todos hemos aprendido algo sin haber sufrido una tragedia. Sarah no debería haber salido corriendo sin mirar y tú deberías recordar lo peligrosos que pueden ser los aparcamientos, sobre todo éste en verano.
-Sí señora -Eddie miró a nick-. Gracias, señor Jonas. Muchas gracias.
-Me alegro de que todavía me queden algunos reflejos. Bueno, ¿estamos todos listos para tomar un helado? Yo invito.
-En ese caso me tomaré el de banana split gigante -dijo Deena con una sonrisa-. Iba a pedir el pequeño, pero si invita el caballero...
-De acuerdo, pero pienso contarle a Liam que te has aprovechado de mí.
Deena lanzó una carcajada.

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