miley apenas podía creer que fuera ella la que hiciera una sugerencia tan descarada, pero no quería que aquella noche terminara nunca.
-Estoy segura de que tendrás preservativos en casa. ¿Por qué no me llevas a casa, vas a buscarlos y vuelves?
Él se detuvo en el acto de cubrirle los senos.
Verás, yo también te deseo -murmuró ella. nick se estremeció y estrujó la tela en la mano-. Y queda mucho tiempo antes de que amanezca.
Él lanzó un largo suspiro y buscó la cremallera de su vestido.
-Probablemente sea una estupidez, pero prefiero ajustarme a lo que habíamos quedado. Sólo tendrás la experiencia de perder la virginidad una vez en la vida y quiero que sea muy especial.
-Podríamos hacerlo especial esta noche.
-No lo suficiente. Dame la oportunidad de cortejarte un poco. Déjame comprarte flores y quizá una botella de buen vino.
-¿Debería comprar lencería o algo?
-La lencería estaría bien -le colocó la perla entre los senos-. Y ponte esto. Me gusta la forma en que descansa ahí.
-Supongo que cuando la compraste, nunca imaginaste una escena como ésta.
-Conscientemente no, pero en cuanto la vi quise regalártela. Supongo que quería que algo mío te tocara donde yo no podía hacerlo.
-Hemos superado las restricciones sin demasiado problema.
-Sí, pero ahora tenemos que enfrentarnos al mundo real con la culpabilidad y esas cosas. Y todavía tenemos que dar el gran salto -la miró intensamente-. Quizá cuando llegue el momento, no sea capaz de hacerlo.
miley sonrió con superioridad.
-Estoy segura de que sí, a juzgar por lo de esta noche.
-Supongo que tienes razón.
-Entonces, ¿cuándo?
-¿Mañana por la noche? Ah, no, espera. Maldición. Le prometí a mi madre que la llevaría a Flagstaff a una feria de antigüedades. Mi padre también irá y aprovecharemos para comprar unos caballos.
-¿Y cuánto tiempo estarás fuera?
-Tres días. Hasta el domingo. Maldita sea. No creo que pueda cancelarlo. Lleva meses planeado.
-Tres días se me harán una eternidad.
-Dímelo a mí.
miley dibujó la línea de su mandíbula.
-Podríamos volver a mi plan original y acabar en mi casa esta noche.
Él la miró un largo momento y por fin sacudió la cabeza.
-No. De verdad que quiero que sea una ocasión que recuerdes para siempre.
-No creo que la olvide, sea cuando sea. Para decirte la verdad... me da miedo de que cambies de idea en tres días.
-¿Después de lo de esta noche? ¿Estás de broma?
-¿Lo has pasado bien esta noche?
nick le agarró la cara entre las manos.
-Lo he pasado mejor que en toda mi vida. Y te prometo que no cambiaré de idea.
El corazón se le inflamó de una emoción que no podía nombrar y las lágrimas le afloraron a los ojos.
-Gracias, nick. Eres un verdadero amigo.
-Hago lo que puedo.
-¿A qué hora volverás el domingo?
-Cerca del mediodía.
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