jueves, 5 de agosto de 2010

CAP 42

MILEY esbozó una lenta sonrisa.
-¿Qué piensas?
-Yo no ... -tragó saliva-. No creo que esto se trate de pensar.
-Cierto -miró a su cremallera-. Pero he conseguido la reacción que quería. ¿Quieres... quitarte esa ropa? Parece un poco... apretada.
-Hum, Sí.
Bajó la vista y vio que todavía llevaba la botella, las copas y las margaritas, pero tenía el cerebro tan abotargado, que no sabía dónde ponerlo. Ya era un milagro que no se le hubiera derramado el vino en la moqueta.
-miley extendió los dos brazos.
-Yo sujetaré la botella y las margaritas. Puedo servir el vino si quieres mientras te desnudas.
nick la miró con los dos brazos extendidos y tuvo el impulso de tirar todo lo que llevaba en las manos y unirse a ella al instante en aquella tentadora cama. Gimió con suavidad y agitó la cabeza para despejarse. Necesitaba hasta el último ápice de control del que dispusiera para conseguir la lenta seducción que había planeado.
-¿Te pasa algo? -preguntó ella.
-Sólo que me has dejado sin aliento y estoy haciendo un esfuerzo por recuperarme.
-¿De verdad que he hecho eso?
-Sí, de verdad -le pasó la botella y los vasos y cuando los posó al lado de la bandeja, le dio la corona de margaritas-. Normalmente soy más educado cuando entro en la habitación de una dama con vino y flores y se las doy sin esperar a que me las pidan.
-¡Oh! - miley sonrió y se puso la cadena alrededor del cuello. Bordearon sus senos como una mano atrayendo la atención a la provocativa redondez que sobresalía del diminuto sujetador que llevaba-. ¿Cómo me quedan?
-Más excitantes de lo que había imaginado.
Ella lo miró a los ojos con los suyos cargados de intensidad.
-Es excitante, ¿verdad? Nosotros dos y... todo esto. ¿Quién lo hubiera imaginado?
-Desde luego no yo.
-miley miró el vino.
-Los libros dicen que el alcohol adormece placer sexual.
-Pensé que necesitarías relajarte un poco -se rió-. Pero quizá lo necesite yo más que tú. No pareces nada nerviosa.
-Pues tengo un millón de mariposas en el estómago.
-¿De verdad?
-Por supuesto. Nunca había actuado así con un hombre.
nick se sintió halagado de que aquel regalo se lo diera a él.
-Eso hace que esta noche sea muy especial para mí también.
-Me alegro. ¿Sabes? Creo que un poco de vino no me sentará mal.
-Yo estoy tan tenso, que te garantizo que no me afectará.
-Y yo no quiero estar inhibida.
nick lanzó una carcajada.
-¿Es esto inhibición?

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