miércoles, 11 de agosto de 2010

CAP 53

miley permaneció tendida en las almohadas al lado de nick con la bandeja sobre un cojín mientras picaban los aperitivos que había preparado. nick estaba comiendo con apetito, pero ella había perdido interés por la comida.
Miró a nick por centésima vez con una sonrisa.
-Lo hemos hecho muy bien, ¿verdad?
Él se quedó con el melocotón a medio camino de la boca y la miró.
-Sí. Tú también pareces muy contenta contigo misma.
-Lo estoy -agarró un racimo de uvas negras y se metió una en la boca-. Estoy orgullosa de nosotros. Creo que hemos sido fantásticos. Mucho mejor de lo que hubiera esperado.
Después de tragar un trozo de melocotón, nick hizo un gesto a su alrededor.
-No lo sé. Mirando todo esto, yo diría que esperabas mucho.
-Los libros dicen que el hombre es un animal visual y yo intentaba asegurarme que te excitaras a conciencia. Quizá si me hubieras visto con unos pantalones cortos y una camiseta no lo hubiera conseguido.
nick lanzó una carcajada tan fuerte que casi se atragantó.
-miley , ya tenía una erección de camino aquí sólo con pensar en lo que íbamos a hacer.
- ¿Sí? -ella sonrió-. ¿Así que lo del teléfono funcionó?
-¡Sabía que lo habías hecho a propósito!
-Por supuesto. Igual que hiciste tú lo de los guantes.
-Y tú me dejaste aquel mensaje insinuante en el contestador. Casi se me caen las maletas cuando oí lo del hielo delante de mi madre.
-Bueno, no quería que perdieras el interés.
-No creo que hubiera podido.
-En serio, nick. Según lo que he leído, las mujeres mantienen con más facilidad los sentimientos de pasión en la distancia mientras que los hombres son más de: "ojos que no ven, corazón que no siente". No quería que perdieras el interés.
-Para tu información, no había posibilidad de que lo perdiera. No necesitaba aquella conversación telefónica o la insinuación del hielo para estar excitado.
-¡Oh! ¡Se me olvidó lo del hielo! Pensaba hacerte algunas cosas especiales con ese truco, pero estaba tan excitada que se me olvidó.
-Lo tomaré como un cumplido.
El corazón le latió un poco más fuerte al recordar la gloria de su unión con él y sus almas fundidas.
-Es un cumplido. Sólo podía pensar en lo que estaba pasando entre nosotros -lo miró a los ojos y el ardor le invadió las partes secretas de nuevo-. Supongo que no necesitábamos el hielo.
-No, sólo nos necesitábamos el uno a otro.

5 comentarios: