viernes, 9 de julio de 2010

CAP 9

No sabes lo que tienes sin una mujer que te dé la lata con tu dieta.
-Eso es verdad -le secundó Dozer-. La cosa se está poniendo tan mal, que Cindy hasta me quita la bolsa de patatas cuando veo el partido del lunes por la noche.
-¿Y se lo consientes? -intervino Rhino-. Eso no pasaría en mi casa. Soy yo el que le pone las normas a Joan.
nick dejó que el coro de carcajadas se apagara.
-¿Estás de broma? Joan te tiene en un puño.
Rhino sonrió.
-De hecho -continuó nick-. No he visto tipos tan locos por el matrimonio como Ustedes cuatro. Casi no podían esperar a llegar al altar. No me vengán ahora con esas monsergas de que les dan la lata sus mujeres. os encanta que lo hagan.
Y él los envidiaba, comprendió. Todos habían encontrado la felicidad.
Rhino aceptó la cerveza que Tim le había llevado y la abrió.
-Entonces, ¿cuando te vas a unir a este feo grupo para hacer cinco?
-Cuando encuentre a la mujer adecuada.
-¡Diablos, si has tenido un ejército de mujeres adecuadas! -Dozer se apartó un mechón de la frente-. Jenny era estupenda. Yo salí con Jenny y no había nada malo en ella.
-Entonces, ¿por que acabaste con Cindy?
-Cindy sabe cómo manejar mi temperamento, pero tú no tienes demasiado carácter, nick. Jenny estaría bien para ti.
-Sí -asintió Hammer-. Y tiene un bonito cuerpo.
-Y Babs -intervino Rhino-. A mí me gusta Babs.
nick tragó su cerveza.
-A mí también, pero no tanto como para siempre.
-Eres muy selectivo, nick-dijo Tiny Tim-. Ése es tu problema. Nadie va a ser perfecto -sonrió-. Aunque Suzie está cerca.
-El novato puede tener razón -dijo Rhino-. Quizás seas demasiado selectivo. ¿Qué tipo de criterios usas si has eliminado a chicas tan estupendas como Jenny y Babs?
nick se metió un puñado de cacahuetes en la boca.
-¿Sabén? Estoy realmente conmovido de que les preocupe tanto por mi matrimonio. Quizá deberíamos agarrarnos de las manos y rezar. Puede que, si nos concentramos de verdad, veré la luz y agarraré a la primera mujer que se cruce en mi camino.
Rhino enarcó las cejas y miró a Tiny Tim.
-¿Dijiste que este edificio de apartamentos tenía piscina?
-Desde luego.
Todos apartaron las sillas. Joe vio el brillo burlón en los ojos de los hermanos.
-¡Eh, no tanta prisa! Sólo estaba bromeando.
-Y nosotros también -dijo Hammer-. ¿Verdad, Dozer?
-Sí -Dozer rió-. Me encantan las bromas.
Y mientras lo arrastraban sin ceremonia a la piscina y lo tiraban vestido, Joe pensó que quizá se merecía aquel chapuzón, aunque no por la razón que creían los chicos.

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