nick mantuvo la puerta abierta para ella por segunda vez e intentó no aspirar su aroma al pasar. Cuando la había visto llegar con aquel coqueto vestido de flores, casi se le había secado la garganta. Entonces, ella se había acercado lo suficiente como para poder ver la transpiración en su escote, justo donde descansaba la perla.
Había tenido que hacer un esfuerzo por no agacharse a lamer la humedad que desaparecía en el valle de sus senos. ¡Debía haber perdido la cabeza! Aquellas fantasías no iban con miley la chica que montaba la bici sin manos por la Colina Suicida o tiraba la bola de béisbol con tal fuerza que te hacía daño en la mano. ¡Pero esa chica era una mujer ahora! Ya no podía ignorar la verdad por más tiempo. Se había fijado alguna vez en ello, como la primera vez que la había visto en bikini y había notado que llenaba las copas del sujetador. Y la vez del baile en que había estado a punto de besarla, pero había recuperado la razón antes de cometer una estupidez.
La siguió al interior del restaurante hasta el fondo, el sitio que siempre ocupaban en el Nugget. Por el camino consiguió devolver los saludos de gente a la que conocía de toda la vida, pero toda su atención estaba clavada en la forma en que las caderas de miley se contorneaban bajo la tela de margaritas. El vestido se abrochaba en la espalda y se imaginó que no llevaría más que unas braguitas debajo.
¡Maldición! Tenía que, dejar de pensar de aquella manera. A finales de la tarde había decidido que quizá debería intentar que tuviera una aventura. Se le habían ocurrido dos posibilidades y se había dicho a sí mismo que más valía que fueran Mitch o Randy antes que algún buitre de Nueva York.
Pero ahora no quería ni pensar en Mitch o Randy cerca de ella.
Pero si no la ayudaba, lo haría ella sola. Recordaba la vez en que su proyecto de verano había sido aprender a patinar con patines de ruedas en hilera y se había hecho un esguince y raspado las dos rodillas, pero había aprendido.
nick apartó el taburete frente al de ella e intentó aparentar que todo era igual que las otras veces que habían cenado en el Nugget.
-¿Tienes hambre?
-Puedes apostarlo -mintió él.
Se preguntó si podría tragar un bocado. Nunca podría mirarla de la misma forma que antes, comprendió desesperado. Pasara lo que pasara, su amistad había cambiado para siempre. Había dado el salto mental de considerarla una mujer deseable, más deseable de lo que nunca hubiera imaginado. Apenas podía creer haber conseguido mantener tantos años la barrera ante aquella sexualidad femenina.
-¿Has pensado en... lo que hemos hablado?
-Algo. Bueno, mucho.
-¿Alguna idea?
"Sí, y todas pornográficas."
Janice se acercó entonces a su mesa con el bloc en la mano.
-¡Eh, Ustedes dos!
-miley alzó la mirada con una sonrisa.
-Hola, Janice. ¿Cómo está tu nieta?
La camarera se metió la mano en el bolsillo superior del mandil y sacó una fotografía.
-Mírala.
-¡Es preciosa, Janice!
-¿Verdad que sí?
-Muy guapa -dijo nick aunque estaba más interesado en la expresión de ternura de miley .
Quizá ni ella misma supiera cuánto deseaba tener un bebé. Maldición, aquella era otra cosa que nunca hubiera relacionado con miley , aunque no dudaba que sería una gran madre. Toda la idea le deprimió.
-Bueno, chicos, ¿Van a tomar el rollo de carne ?
-Sí -contestaron los dos a la vez.
-¿El aliño de siempre para la ensalada?
Los dos asintieron al mismo tiempo.
-¿Y té helado?
aaaa!!!! me encantoooo!!!! espero el proximo besos!!!!
ResponderEliminara mi tmb! ame el cap. siguela prontoo!
ResponderEliminarahhh tu nove esta super sube mas capitulos xfa me encanto es prexiosa
ResponderEliminarsiii!
ResponderEliminarsuupeeer!!
jeje ay k desespero ya kiiiero leer el siguiente jeje...
Atte: Aracely