miley apenas se había puesto vestidos en su vida, pero esa noche le pareció apropiado. No quería llevar algo demasiado recargado cuando el calor había subido a casi treinta y cinco grados, así que acabó escogiendo un vestido playero de margaritas porque sabía que a nick le gustaban esas flores.
Cuando se plantó ante el espejo preguntándose si debía ponerse alguna joya recordó la perla ovalada que le había regalado nick en su graduación. Sólo se la ponía en ocasiones especiales y esa noche le pareció una de ellas.
En cuanto estuvo lista, sintió otra oleada de aprensión. Si nick había aceptado su plan, debería estar más calmada a esas alturas, pero aquel plan era demasiado excitante incluso con la ayuda de nick .
Su bungalow alquilado no estaba muy lejos del pueblo y decidió ir andando para aplacar un poco los nervios. Se puso las gafas de sol, se colgó el bolso y salió. En cuanto hubo recorrido una manzana comprendió que había cometido un error. Llegaría al restaurante más asada que el rollo de carne.
nick aparcó frente al Nugett cuando ella pasó ante la farmacia a dos manzanas más allá. Mientras caminaba, miley lo observó saltar de la furgoneta polvorienta. Pero él llevaba una camisa limpia y un sombrero Stetson de color gris que nunca le había visto.
Estaba condenadamente atractivo, con aquellos fuertes muslos encasquetados en los vaqueros y la espalda acentuada por la bonita camisa vaquera gris. Bastante a menudo, en los años que hacía que lo conocía se había encontrado pensando que su amigo era muy guapo, pero últimamente no le había pasado. Lo estaba notando de nuevo en ese momento.
Quizá le estuviera afectando toda aquella lectura. De repente, se encontró pensando qué tipo de amante sería nick , pero apartó la idea con rapidez. No debería tener aquel tipo de pensamientos acerca de él. nick se horrorizaría si se enterara.
Como si hubiera sentido sus ojos clavados en él, nick se dio la vuelta antes de entrar en el Nugget.
-¿Se te ha estropeado el coche?
-He decidido venir andando.
-¡Pero si estamos en junio!
-Ya me he dado cuenta. Tengo que admitir que tengo un poco de calor.
Al acercarse, nick olió su loción de afeitar y vio que no tenía barba. Por algún motivo, el hecho de que se hubiera afeitado para ella le produjo un cosquilleo en el estómago.
nick la miró de arriba abajo tras las gafas y sacudió la cabeza.
-Pensé que te había enseñado algo. Ahora, después del paseo, ese aire acondicionado helado te sentará fatal.
-¡Por Dios! Pareces mi madre. ¿No podrías al menos haber dicho que me queda bien este vestido? Me lo he puesto porque sé que te gustan las margaritas.
-El vestido está muy bien. Pero vas a pillar un resfriado.
Cada vez más irritada, comprendió que en secreto había esperado la típica reacción de las películas cuando una chica que es un poco chicazo aparece con un vestido.
nick abrió la puerta para ella y las campanillas sonaron.
-Mira, si vas a mantener esa actitud, quizá sea mejor que nos olvidemos del asunto.
-¿Y entonces qué?
-¡Eh, ustedes dos! No queremos refrigerar a todo el pueblo -gritó Janice, la camarera que llevaba toda la vida trabajando en el Nugget.
nick dejó que la puerta se deslizara y se dio la vuelta hacia miley con expresión impasible.
-¿Qué hacemos?
Ella no quería abandonar su plan. Necesitaba a nick y, además, él se había arreglado y duchado para la cena.
-Vamos a tomar un poco de rollo de carne.
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