viernes, 17 de diciembre de 2010

CAP 82

-¡Oh, Andy! ¡Por Dios bendito! -Norah parecía enfadada-. Olvida tu orgullo herido por un mi-nuto y escucha lo que tu hijo está diciendo. Necesita tiempo para explorar el mundo. Y necesi-ta estar con la mujer a la que...
A nick se le hizo un nudo en al garganta.
-Mamá, no saques conclusiones tan pre...
-Saco las conclusiones que quiera, muchas gracias -lo miró enfadada-. Y miley siente lo mis-mo por ti, a menos que este muy equivocada. Y también creo que los dos añoraras enseguida Copperville y volveras a criar a vuestros hijos aquí.
-¿Hijos? -nick casi se atragantó-. Lo último que sé es que miley no tenía ninguna intención de casarse, cuanto menos de tener niños. Creo que esta vez te has pasado un poco.
Su madre sonrió.
-No, yo creo que eres tú el que se ha quedado corto. Vete a Nueva York y haz esas pregun-tas. Mira a ver qué respuestas te da -Norah miró hacia su marido-. Lo único que necesitamos es contratar a alguien una temporada hasta que estos dos vuelvan a casa.
Andy frunció le ceño.
-¿Y si no vuelven? Entonces todo será para nada.
-Eso es la mayor tontería que te he oído decir Andy. ¿Nada? Este rancho ha sido el sueño de tu vida. Esperabas poder pasárselo a tu hijo, pero también lo querías para ti mismo. Lo has pasado de maravilla viviendo la vida del rancho y no te atrevas a decir que sólo estabas haciendo un sacrificio por tu hijo.
Poco a poco, la expresión de Andy fue suavizándose.
-Supongo que tienes razón, Norah. La verdad es que no me imagino otro sitio para vivir. Por eso no puedo entender que alguien en su sano juicio quiera irse a vivir a ese nido de ratas que es Nueva York.
-Cada persona es diferente, pero estos dos volverán, ya lo veras.
-Mamá, no puedo hacer ninguna promesa.
Pero nick no pudo evitar barajar unas pocas fantasías. Quizá podría tenerlo todo, unos cuantos años de aventuras con miley y una familia y la seguridad allí en Coppervile con la única mujer a la que quería. Pero a miley podría no interesarle aquel plan. Después de todo, le había devuelto el colgante.
-No tienes que hacernos ninguna promesa -dijo su madre-. Pero supongo que tendrás que hacerle alguna a Miley.

No hay comentarios:

Publicar un comentario