Completamente saciado después de un plato de pollo y ensalada de patata, Joe se echó en la manta de campaña, cerró los ojos y suspiró de felicidad. Atrás había quedado Nueva York, el tráfico, los martillos neumáticos y los aeroplanos. Sólo el murmullo del río, el trino de los pájaros y el susurro de la brisa entre los árboles.
Había visitado muchos ríos y playas durante el año anterior, pero reconocería aquella arena caliente y el aroma a musgo de su rincón secreto con los ojos cerrados. La brisa lo envolvía como una caricia. ¡Cómo adoraba las noches de verano en Arizona!
Algo le picó en la nariz y se movió. Como el picor prosiguió, abrió un ojo.
miley estaba inclinada sobre él con una pluma en la mano. Al inclinarse, la blusa se le abrió tentadora. Quitándole la pluma de las manos, la deslizó por dentro de su blusa antes de abar-carle los senos con las dos manos.
-Ya parecen más llenos.
-Será tu imaginación. Apenas estoy de tres meses.
-Nunca olvidaré la cara de nuestros padres cuando se lo contamos.
Nick ya podía ver el deseo brillar en sus ojos mientras continuaba jugueteando con la plu-ma entre sus senos.
-Creo que les hizo más felices lo del bebé que el que les contáramos que volvíamos para quedarnos a vivir aquí.
-Yo también estoy muy contento con lo del bebé. ¿Algún arrepentimiento por haber dejado la gran ciudad?
-Sólo que nunca lo hicimos en lo alto del Empire State.
-Tendremos que volver para hacerlo entonces.
Ella sacudió la cabeza.
-No, no hace falta. Hacer el amor contigo durante el resto de mi vida es toda la aventura que yo necesito.
-¿Lo dices en serio?
-Absolutamente.
-Entonces, quítate esa blusa -murmuró él.
La imagen de miley desabrochándose los botones era una de las mejores alegrías de su vi-da.
Ella obedeció y tiró la prenda a un lado antes de mirarlo con gesto interrogante.
-Sigue.
Su erección apretó contra los pantalones cuando se desabrochó el cierre delantero del sujetador. Al momento siguiente, sus senos quedaron a la vista con los pezones ya duros. Nick le pasó la pluma por ellos de todas formas adorando la expresión de deseo de sus ojos y la rendición de su suspiro.
Su voz se hizo más ronca.
-Échate.
Miley se movió sobre él y Nick se llenó las manos con el peso de sus senos.
Mientras se abandonaba al festín, ella consiguió quitarse los pantalones cortos, abrirle el vaquero y liberar su miembro. Nick gimió de placer cuando ella se deslizó sobre su rígida vi-rilidad. ¡Qué milagroso hacer el amor de aquella manera, sin barreras! Soltando sus senos, la hizo bajar la cabeza para un largo y satisfactorio beso.
miley se apartó y lo miró a los ojos antes de empezar un lento ritmo sensual.
-Te quiero, nick .
-Y yo también te quiero -sobre ellos, las hojas dejaban filtrara la luz del atardecer. El paraíso no podía ser mejor que aquello-. Te quiero más que a mi vida.
Nick estaba a punto del límite y, por la respiración laboriosa de miley , ella no estaba muy lejos tampoco.
-Espera -dijo ella jadeante-. Acabo de acordarme.
A Nick no le funcionaba el cerebro.
-¿Acordarte de qué?
-Espera un segundo.
miley estiró la mano hacia la pequeña nevera al borde de la manta.
Nick cerró los ojos a punto del límite.
-No sé si podré. No, miley, creo que no puedo aguantar...
Algo frío rozó una parte crítica de su anatomía y explotó en un torrente de sensaciones que lo hizo bramar y gritar de éxtasis desde lo más hondo de la garganta.
Por fin se quedó inmóvil, saciado y tembloroso, mientras que miley derramaba un reguero de besos por su cara.
-¿Qué fue eso?
Ella contestó con picardía:
-Hielo...
____________________________________________________________________________________
ESPERO QUE LES HALLA GUSTADO EL GRAN DESENLACE JAJAJ =)
CHICAS TODOS ESTOS MESES DE PUBLICAR LA NOVELA HA SIDO MUY BONITO PARA MI YA QUE LAS CONOCI A USTEDES =)
ATENCION!!!!! NUEVA NOVELAAAAAAAAAAAAAAA (OBVIAMENTE NILEY XD ) COMIENZA EL 03 DE ENEROOOO 2011!!!!! PERO UN ADELANTO EL 01 DE ENERO!!!!
AGUARDENLOOOOO =)
LAS KIERO MUCHOOOOOO Y FELIZ AÑO NUEVO PARA TODAS MIS LECTORAS =)
ATTE
MS
miércoles, 29 de diciembre de 2010
viernes, 24 de diciembre de 2010
CAP 86
Le apartó la tela de la túnica y frotó el sujetador de pedrería contra su torso desnudo.
-¿Y esto?
-Me vuelves loco, miley . Te he echado tanto de menos, que apenas podía pensar con cordu-ra.
Ella apretó el cuerpo contra él.
-Si no podías pensar con cordura, entonces quizá no recuerdes lo que me dijiste cuando hicimos el amor la última vez.
-¡Por supuesto que lo recuerdo!
miley hizo acopio de valor y continuó.
-Necesito saber si era algo que dijiste en el calor de la pasión o significaba más que eso.
Él la apretó con más fuerza.
-Quieres todas las cartas sobre la mesa ¿verdad?
-Sí.
-Entonces, quítate ese maldito velo.
miley se lo desabrochó al instante y lo tiró en la silla más cercana.
nick bajó la mirada hacia ella y su expresión se estremeció al recorrer su cara. Entonces, se metió la mano dentro de la túnica y se sacó el colgante de perla.
-Creo que ya es hora de que te vuelvas a poner esto.
A miley se le aceleró el corazón ante el sentido de aquel gesto y tembló cuando Joe le abrochó el cierre de la cadena y la perla cayó entre sus senos.
-De acuerdo. Pensaba ir más despacio, pero si lo quieres todo de golpe, allá va. Te quiero. Quizá siempre hubiera sabido que eras mi compañera a un nivel inconsciente, pero había mu-chas cosas que se interponían entre nosotros. Voy a casarme contigo algún día, miley , cuando estés preparada. Comprendo que puedes tardar un buen tiempo, pero...
-Estoy preparada.
-Estoy dispuesto a esperar hasta que hayas experimentado todo lo que...
nick se detuvo asimilando en ese momento la respuesta de ella. La miró a los ojos como para cerciorarse y ella asintió.
-¡Oh, Dios! -su boca descendió sobre la de ella y la besó hasta que los dos se quedaron sin aliento-. ¿Estás segura? Quiero decir que acabas de empezar esta nueva vida y quizá quieras seguir soltera un par de años para...
-¿Para qué? No se me ocurre nada más excitante que vivir contigo como tu mujer. Creo que eso lo he sabido desde que tenía tres años. Te quiero, nick, con desesperación, por completo y para siempre.
Su sonrisa se hizo más tierna.
-¿Me lo juras por la tumba de Tutankamón?
-Desde luego. Y ahora déjame darte una información vital. El dormitorio está al otro lado de esa puerta a tu derecha. ¿Crees que podríamos entrar ahí y hacer el amor de forma loca y apasionada durante las próximas diez horas? Me siento muy abandonada.
Él sonrió y la alzó en brazos.
-¿Sólo diez horas?
-Para empezar.
nick la besó en los labios con suavidad.
-¿Tienes hielo? -murmuró.
-¿Y esto?
-Me vuelves loco, miley . Te he echado tanto de menos, que apenas podía pensar con cordu-ra.
Ella apretó el cuerpo contra él.
-Si no podías pensar con cordura, entonces quizá no recuerdes lo que me dijiste cuando hicimos el amor la última vez.
-¡Por supuesto que lo recuerdo!
miley hizo acopio de valor y continuó.
-Necesito saber si era algo que dijiste en el calor de la pasión o significaba más que eso.
Él la apretó con más fuerza.
-Quieres todas las cartas sobre la mesa ¿verdad?
-Sí.
-Entonces, quítate ese maldito velo.
miley se lo desabrochó al instante y lo tiró en la silla más cercana.
nick bajó la mirada hacia ella y su expresión se estremeció al recorrer su cara. Entonces, se metió la mano dentro de la túnica y se sacó el colgante de perla.
-Creo que ya es hora de que te vuelvas a poner esto.
A miley se le aceleró el corazón ante el sentido de aquel gesto y tembló cuando Joe le abrochó el cierre de la cadena y la perla cayó entre sus senos.
-De acuerdo. Pensaba ir más despacio, pero si lo quieres todo de golpe, allá va. Te quiero. Quizá siempre hubiera sabido que eras mi compañera a un nivel inconsciente, pero había mu-chas cosas que se interponían entre nosotros. Voy a casarme contigo algún día, miley , cuando estés preparada. Comprendo que puedes tardar un buen tiempo, pero...
-Estoy preparada.
-Estoy dispuesto a esperar hasta que hayas experimentado todo lo que...
nick se detuvo asimilando en ese momento la respuesta de ella. La miró a los ojos como para cerciorarse y ella asintió.
-¡Oh, Dios! -su boca descendió sobre la de ella y la besó hasta que los dos se quedaron sin aliento-. ¿Estás segura? Quiero decir que acabas de empezar esta nueva vida y quizá quieras seguir soltera un par de años para...
-¿Para qué? No se me ocurre nada más excitante que vivir contigo como tu mujer. Creo que eso lo he sabido desde que tenía tres años. Te quiero, nick, con desesperación, por completo y para siempre.
Su sonrisa se hizo más tierna.
-¿Me lo juras por la tumba de Tutankamón?
-Desde luego. Y ahora déjame darte una información vital. El dormitorio está al otro lado de esa puerta a tu derecha. ¿Crees que podríamos entrar ahí y hacer el amor de forma loca y apasionada durante las próximas diez horas? Me siento muy abandonada.
Él sonrió y la alzó en brazos.
-¿Sólo diez horas?
-Para empezar.
nick la besó en los labios con suavidad.
-¿Tienes hielo? -murmuró.
CAP 85
-¿Y qué es lo que sientes por él?
-Estoy loca por él.
Los ojos de nick se ensombrecieron mientras la apretaba el brazo con más fuerza.
-No puedes estarlo.
-¿Por qué no? ¡Es fantástico!
-¿Fantástico? ¿Qué quieres decir con eso? -entrecerró los ojos-. miley, ¿has hecho el amor con ese tipo?
-Recientemente no.
-¡Me importa un rábano si es reciente o no! miley, ¿ Cómo has podido hacer el amor con otro hombre? ¿Cómo has podido?
-Lo cierto es que llevo sin hacer el amor desde agosto. Y la última vez que lo hice llevaba este mismo disfraz puesto.
La comprensión suavizó el gesto de nick.
-¡Oh! ¿Y dijiste que estabas loca por ese tipo?
miley asintió.
-No me puedo imaginar por qué -susurro nick con voz ronca-, porque es un beep.
-No -se acercó y le acarició la mejilla con la mano temblorosa. Lo deseaba, fuera cual fuera la razón de su estancia-. Sólo está confuso. ¿Quieres cancelar la reserva del hotel? Nadie de Copperville tiene por qué saber que te has quedado en mi casa durante tu visita, si es eso lo que te preocupa.
-No he venido de visita.
-¿Qué?
-Estoy buscando trabajo en un par de compañías aéreas. He venido a vivir aquí.
miley estaba aturdida con la noticia.
-¿Y qué pasa con el rancho? ¿Y tus padres?
-Han contratado a otra persona para hacer mi trabajo. Decirles que necesitaba vivir por mi cuenta no fue nada fácil, pero fue lo correcto. Se lo debería haber dicho antes, pero supongo que tú me marcaste el camino.
-¡Estoy impresionada!
A nick se le nubló la mirada.
-Mira, esto no te obliga a nada. No te estoy pidiendo que cambies tu vida sólo porque yo haya decidido venir aquí. Quiero decir que... desde luego que me encantará verte y todo eso, pero...
-¿Y qué quieres decir exactamente con “todo eso”?
miley agitó las caderas contra su túnica y sintió su instantánea respuesta
Él gimió con suavidad.
-¿Esto?
-miley , yo...
-¿Y esto?
-Estoy loca por él.
Los ojos de nick se ensombrecieron mientras la apretaba el brazo con más fuerza.
-No puedes estarlo.
-¿Por qué no? ¡Es fantástico!
-¿Fantástico? ¿Qué quieres decir con eso? -entrecerró los ojos-. miley, ¿has hecho el amor con ese tipo?
-Recientemente no.
-¡Me importa un rábano si es reciente o no! miley, ¿ Cómo has podido hacer el amor con otro hombre? ¿Cómo has podido?
-Lo cierto es que llevo sin hacer el amor desde agosto. Y la última vez que lo hice llevaba este mismo disfraz puesto.
La comprensión suavizó el gesto de nick.
-¡Oh! ¿Y dijiste que estabas loca por ese tipo?
miley asintió.
-No me puedo imaginar por qué -susurro nick con voz ronca-, porque es un beep.
-No -se acercó y le acarició la mejilla con la mano temblorosa. Lo deseaba, fuera cual fuera la razón de su estancia-. Sólo está confuso. ¿Quieres cancelar la reserva del hotel? Nadie de Copperville tiene por qué saber que te has quedado en mi casa durante tu visita, si es eso lo que te preocupa.
-No he venido de visita.
-¿Qué?
-Estoy buscando trabajo en un par de compañías aéreas. He venido a vivir aquí.
miley estaba aturdida con la noticia.
-¿Y qué pasa con el rancho? ¿Y tus padres?
-Han contratado a otra persona para hacer mi trabajo. Decirles que necesitaba vivir por mi cuenta no fue nada fácil, pero fue lo correcto. Se lo debería haber dicho antes, pero supongo que tú me marcaste el camino.
-¡Estoy impresionada!
A nick se le nubló la mirada.
-Mira, esto no te obliga a nada. No te estoy pidiendo que cambies tu vida sólo porque yo haya decidido venir aquí. Quiero decir que... desde luego que me encantará verte y todo eso, pero...
-¿Y qué quieres decir exactamente con “todo eso”?
miley agitó las caderas contra su túnica y sintió su instantánea respuesta
Él gimió con suavidad.
-¿Esto?
-miley , yo...
-¿Y esto?
FELIZ NAVIDAD !! =)
MIS CHICAS LINDAS =) MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS.. LAS AMOOO ESTE AÑO HA SIDO MUY LINDO PARA MI HE SEGUIDO CON EL BLOG CON LAS NOVELAS PORQUE AMO A NILEY Y TENGO LA ESPERANZA QUE ALGUN DIA REGRESEN =) PERO FUERA DE ESO FUE UN GUSTASO CONOCERLAS A TODAS USTEDES y COMO REGALITO DE NAVIDAD JAJA LES PONGO EL FINAL DE LA NOVE T_T ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO .
AHH ANTES QUE ME OLVIDE jaja PASEN UNA LINDA NAVIDAD CON TODOS SUS SERES KERIDOS Y AMIGOS Y QUE EL NIÑO JESUS REINE EN SUS HOGARES =D
CON MUCHO CARIÑO
MS
viernes, 17 de diciembre de 2010
CAP 84
nick iba disfrazado de jeque del desierto, con ropas de ricas telas y un turbante blanco con un adorno de oro en la cabeza. Cuando la vio, él también se quedó con la boca abierta.
-¡Uau! Esta telepatía ya es de asustar.
-Sí -dijo ella sin dejar de mirarlo con el corazón desbocado-. Da un miedo mortal.
-¿Vas a ir a alguna fiesta?
-No. Bueno, quizá. Me invitaron a una y estaba intentando decidir si quería ir o no, así que me puse el disfraz para ver si podía llevarlo -tragó saliva-. Pero no puedo. Bueno, pasa. ¿Tienes equipaje? ¿Cuánto tiempo vas a quedarte? ¿Cuándo has...?
-No he traído equipaje. Lo he dejado en el hotel.
Las esperanzas de miley cayeron por los suelos.
-¿Ho... hotel? ¿O sea que no vas a quedarte... conmigo?
nick entró y cerró la puerta tras él entre el crujido de las telas. Entonces, se dio la vuel-ta para mirarla.
-No quería imponerte mi presencia. Supongo que tendrás una vida bastante agitada y que te estarán pasando todo tipo de cosas.
O sea que sólo había ido de visita, pensó con una profunda decepción.
-Bueno, por supuesto me encantará organizarme para estar contigo. Si me hubieras dicho que venías, podría haberlo arreglado para tomarme un par de días libres, pero ahora, con tan poca antelación, no estoy segura.
nick agitó una mano como si no le importara.
-No quiero que interrumpas tu trabajo por mí -vaciló-. Dijiste que te habían invitado a una fiesta. -su voz se hizo ronca-. ¿Tienes alguna cita con algún chico?
Por un momento consideró mentirle, pero no lo había hecho nunca con nick y no iba a em-pezar ahora.
-No. Es de gente de mi trabajo. No es ningún tipo de fiesta de parejas ni nada de ese tipo.
-¿Y pensabas ir con eso puesto?
Una cosa era que ella no hubiera podido soportarlo por los recuerdos y otra muy distinta que él se lo preguntara con aquel tono. No tenía derecho a hacerlo.
-¿Y por qué no?
-¡Porque es indecente!
-No pensabas eso la noche que bailé para ti -se sopló con impaciencia el velo de la cara-. ¡Te gustó tanto que tenías la lengua fuera, caballero!
-Y la sigo teniendo. Y a todos los chicos que estén en esa fiesta les pasará lo mismo.
miley alzó la barbilla.
-¿Y a ti qué te importa?
Él se adelantó y la agarró.
-Me importa todo..
miley se quedó sin aliento y el espacio pareció contraerse cuando se sintió perdida en su mirada.
-¡Maldición! No pensaba portarme así. Quería ir despacio, averiguar primero si tenías algún novio.
miley sintió otra oleada de deseo. ¡Qué día tan maravilloso! Un día glorioso, a decir verdad, pensó.
-Bueno, creo que si.
-¿Que lo crees? -bajó la vista hacia ella con el ceño fruncido-. ¿Qué tipo de respuesta es ésa?
miley se alegró de no haberse quitado el velo para poder ocultar la sonrisa.
-No está siendo muy claro acerca de sus intenciones, así que es difícil para mí saber si es mi novio o no. Pero estoy bastante segura de que lo es.
nick frunció aún más el ceño.
-¿O sea que es uno de esos tipos que no se deciden?
-Digamos que está un poco confuso.
-¡Uau! Esta telepatía ya es de asustar.
-Sí -dijo ella sin dejar de mirarlo con el corazón desbocado-. Da un miedo mortal.
-¿Vas a ir a alguna fiesta?
-No. Bueno, quizá. Me invitaron a una y estaba intentando decidir si quería ir o no, así que me puse el disfraz para ver si podía llevarlo -tragó saliva-. Pero no puedo. Bueno, pasa. ¿Tienes equipaje? ¿Cuánto tiempo vas a quedarte? ¿Cuándo has...?
-No he traído equipaje. Lo he dejado en el hotel.
Las esperanzas de miley cayeron por los suelos.
-¿Ho... hotel? ¿O sea que no vas a quedarte... conmigo?
nick entró y cerró la puerta tras él entre el crujido de las telas. Entonces, se dio la vuel-ta para mirarla.
-No quería imponerte mi presencia. Supongo que tendrás una vida bastante agitada y que te estarán pasando todo tipo de cosas.
O sea que sólo había ido de visita, pensó con una profunda decepción.
-Bueno, por supuesto me encantará organizarme para estar contigo. Si me hubieras dicho que venías, podría haberlo arreglado para tomarme un par de días libres, pero ahora, con tan poca antelación, no estoy segura.
nick agitó una mano como si no le importara.
-No quiero que interrumpas tu trabajo por mí -vaciló-. Dijiste que te habían invitado a una fiesta. -su voz se hizo ronca-. ¿Tienes alguna cita con algún chico?
Por un momento consideró mentirle, pero no lo había hecho nunca con nick y no iba a em-pezar ahora.
-No. Es de gente de mi trabajo. No es ningún tipo de fiesta de parejas ni nada de ese tipo.
-¿Y pensabas ir con eso puesto?
Una cosa era que ella no hubiera podido soportarlo por los recuerdos y otra muy distinta que él se lo preguntara con aquel tono. No tenía derecho a hacerlo.
-¿Y por qué no?
-¡Porque es indecente!
-No pensabas eso la noche que bailé para ti -se sopló con impaciencia el velo de la cara-. ¡Te gustó tanto que tenías la lengua fuera, caballero!
-Y la sigo teniendo. Y a todos los chicos que estén en esa fiesta les pasará lo mismo.
miley alzó la barbilla.
-¿Y a ti qué te importa?
Él se adelantó y la agarró.
-Me importa todo..
miley se quedó sin aliento y el espacio pareció contraerse cuando se sintió perdida en su mirada.
-¡Maldición! No pensaba portarme así. Quería ir despacio, averiguar primero si tenías algún novio.
miley sintió otra oleada de deseo. ¡Qué día tan maravilloso! Un día glorioso, a decir verdad, pensó.
-Bueno, creo que si.
-¿Que lo crees? -bajó la vista hacia ella con el ceño fruncido-. ¿Qué tipo de respuesta es ésa?
miley se alegró de no haberse quitado el velo para poder ocultar la sonrisa.
-No está siendo muy claro acerca de sus intenciones, así que es difícil para mí saber si es mi novio o no. Pero estoy bastante segura de que lo es.
nick frunció aún más el ceño.
-¿O sea que es uno de esos tipos que no se deciden?
-Digamos que está un poco confuso.
CAP 83
Nueva York era todo con lo que miley había soñado. Se había acostumbrado a recorrer Manhattan de arriba abajo en los fines de semana y en cada excursión descubría nuevas delicias. Se había hecho adicta a la comida callejera y a las tiendas de exquisiteces así como a subir a lo alto del Empire State.
Pero lo que no había esperado era sentirse tan terriblemente sola. Se había hecho amiga de la gente de su trabajo, pero para ella la amistad requería mucho más tiempo. Los amigos eran la gente que conocías de años, la que conocía a tu familia y al resto de tus amigos. Los amigos eran gente como nick ...
Había creído que el deseo por él se le pasaría después de dos meses, pero en todo caso, se había hecho más fuerte. Ese día, lo llevaba peor de lo normal, porque era domingo y porque era la fiesta de Halloween, unas vacaciones que nick y ella habían compartido durante veintitrés años y nunca se habían considerado demasiado mayores como para disfrazarse.
Tuname había sido invitada a una fiesta de una de las profesoras de su escuela y había acep-tado, pero ahora, sentada en su diminuto apartamento intentando pensar en un disfraz, no conseguía animarse. Lo más sencillo sería ponerse el disfraz de doncella de harén con el que había bailado para nick , pero eso le traería recuerdos.
Suspiró. Se moría de ganas de que nick la abrazara de nuevo, pero lo echaba de menos más a él que sus relaciones sexuales. Ya había rechazado algunas invitaciones para salir. Sólo pensar en que alguien que no fuera nick la besara le producía escalofríos.
Si seguía así, debería resignarse a la idea de quedarse soltera para siempre. Estaba empe-zando a pensar que ella era mujer de un solo hombre. Nunca lo había creído antes, pero después de lo del verano, nick se había llevado no sólo su virginidad, sino su corazón.
Después de ponerse los transparentes bombachos y el sujetador de brocado, se fue al espejo de su pequeña habitación a ajustarse el velo y sintió ardores al pensar en los ojos de nick cuando había bailado para él. Nunca en su vida se había sentido tan sensual como cuando había agitado sus senos prácticamente delante de las narices de nick. Le había hecho perder la cabeza. Quizá no quisiera casarse con ella pero en aquel momento le había pertenecido por completo.
Y había dicho que la amaba. Ahora se preguntaba si lo único que significaría sería la fantástica relacion que habían compartido durante el verano.
No, no podía ponerse aquel disfraz. Le hacía echar de menos a nick de todas las formas concebibles, física, mental y emocionalmente. Alquilaría un vídeo y pasaría de la fiesta. Se llevó la mano al cierre del sujetador de pedrería cuando sonó el timbre de la puerta.
Sería seguramente su vecina de la puerta de al lado. Se miró al espejo. Bueno, era Hallo-ween, así que nadie se extrañaría de encontrarla disfrazada.
El timbre sonó de nuevo. Entonces la voz que oyó le llevó el corazón a la boca.
-Golosinas o pellizco.
-¡Nick!
Salió corriendo a la puerta, abrió y dio un respingo
Pero lo que no había esperado era sentirse tan terriblemente sola. Se había hecho amiga de la gente de su trabajo, pero para ella la amistad requería mucho más tiempo. Los amigos eran la gente que conocías de años, la que conocía a tu familia y al resto de tus amigos. Los amigos eran gente como nick ...
Había creído que el deseo por él se le pasaría después de dos meses, pero en todo caso, se había hecho más fuerte. Ese día, lo llevaba peor de lo normal, porque era domingo y porque era la fiesta de Halloween, unas vacaciones que nick y ella habían compartido durante veintitrés años y nunca se habían considerado demasiado mayores como para disfrazarse.
Tuname había sido invitada a una fiesta de una de las profesoras de su escuela y había acep-tado, pero ahora, sentada en su diminuto apartamento intentando pensar en un disfraz, no conseguía animarse. Lo más sencillo sería ponerse el disfraz de doncella de harén con el que había bailado para nick , pero eso le traería recuerdos.
Suspiró. Se moría de ganas de que nick la abrazara de nuevo, pero lo echaba de menos más a él que sus relaciones sexuales. Ya había rechazado algunas invitaciones para salir. Sólo pensar en que alguien que no fuera nick la besara le producía escalofríos.
Si seguía así, debería resignarse a la idea de quedarse soltera para siempre. Estaba empe-zando a pensar que ella era mujer de un solo hombre. Nunca lo había creído antes, pero después de lo del verano, nick se había llevado no sólo su virginidad, sino su corazón.
Después de ponerse los transparentes bombachos y el sujetador de brocado, se fue al espejo de su pequeña habitación a ajustarse el velo y sintió ardores al pensar en los ojos de nick cuando había bailado para él. Nunca en su vida se había sentido tan sensual como cuando había agitado sus senos prácticamente delante de las narices de nick. Le había hecho perder la cabeza. Quizá no quisiera casarse con ella pero en aquel momento le había pertenecido por completo.
Y había dicho que la amaba. Ahora se preguntaba si lo único que significaría sería la fantástica relacion que habían compartido durante el verano.
No, no podía ponerse aquel disfraz. Le hacía echar de menos a nick de todas las formas concebibles, física, mental y emocionalmente. Alquilaría un vídeo y pasaría de la fiesta. Se llevó la mano al cierre del sujetador de pedrería cuando sonó el timbre de la puerta.
Sería seguramente su vecina de la puerta de al lado. Se miró al espejo. Bueno, era Hallo-ween, así que nadie se extrañaría de encontrarla disfrazada.
El timbre sonó de nuevo. Entonces la voz que oyó le llevó el corazón a la boca.
-Golosinas o pellizco.
-¡Nick!
Salió corriendo a la puerta, abrió y dio un respingo
CAP 82
-¡Oh, Andy! ¡Por Dios bendito! -Norah parecía enfadada-. Olvida tu orgullo herido por un mi-nuto y escucha lo que tu hijo está diciendo. Necesita tiempo para explorar el mundo. Y necesi-ta estar con la mujer a la que...
A nick se le hizo un nudo en al garganta.
-Mamá, no saques conclusiones tan pre...
-Saco las conclusiones que quiera, muchas gracias -lo miró enfadada-. Y miley siente lo mis-mo por ti, a menos que este muy equivocada. Y también creo que los dos añoraras enseguida Copperville y volveras a criar a vuestros hijos aquí.
-¿Hijos? -nick casi se atragantó-. Lo último que sé es que miley no tenía ninguna intención de casarse, cuanto menos de tener niños. Creo que esta vez te has pasado un poco.
Su madre sonrió.
-No, yo creo que eres tú el que se ha quedado corto. Vete a Nueva York y haz esas pregun-tas. Mira a ver qué respuestas te da -Norah miró hacia su marido-. Lo único que necesitamos es contratar a alguien una temporada hasta que estos dos vuelvan a casa.
Andy frunció le ceño.
-¿Y si no vuelven? Entonces todo será para nada.
-Eso es la mayor tontería que te he oído decir Andy. ¿Nada? Este rancho ha sido el sueño de tu vida. Esperabas poder pasárselo a tu hijo, pero también lo querías para ti mismo. Lo has pasado de maravilla viviendo la vida del rancho y no te atrevas a decir que sólo estabas haciendo un sacrificio por tu hijo.
Poco a poco, la expresión de Andy fue suavizándose.
-Supongo que tienes razón, Norah. La verdad es que no me imagino otro sitio para vivir. Por eso no puedo entender que alguien en su sano juicio quiera irse a vivir a ese nido de ratas que es Nueva York.
-Cada persona es diferente, pero estos dos volverán, ya lo veras.
-Mamá, no puedo hacer ninguna promesa.
Pero nick no pudo evitar barajar unas pocas fantasías. Quizá podría tenerlo todo, unos cuantos años de aventuras con miley y una familia y la seguridad allí en Coppervile con la única mujer a la que quería. Pero a miley podría no interesarle aquel plan. Después de todo, le había devuelto el colgante.
-No tienes que hacernos ninguna promesa -dijo su madre-. Pero supongo que tendrás que hacerle alguna a Miley.
A nick se le hizo un nudo en al garganta.
-Mamá, no saques conclusiones tan pre...
-Saco las conclusiones que quiera, muchas gracias -lo miró enfadada-. Y miley siente lo mis-mo por ti, a menos que este muy equivocada. Y también creo que los dos añoraras enseguida Copperville y volveras a criar a vuestros hijos aquí.
-¿Hijos? -nick casi se atragantó-. Lo último que sé es que miley no tenía ninguna intención de casarse, cuanto menos de tener niños. Creo que esta vez te has pasado un poco.
Su madre sonrió.
-No, yo creo que eres tú el que se ha quedado corto. Vete a Nueva York y haz esas pregun-tas. Mira a ver qué respuestas te da -Norah miró hacia su marido-. Lo único que necesitamos es contratar a alguien una temporada hasta que estos dos vuelvan a casa.
Andy frunció le ceño.
-¿Y si no vuelven? Entonces todo será para nada.
-Eso es la mayor tontería que te he oído decir Andy. ¿Nada? Este rancho ha sido el sueño de tu vida. Esperabas poder pasárselo a tu hijo, pero también lo querías para ti mismo. Lo has pasado de maravilla viviendo la vida del rancho y no te atrevas a decir que sólo estabas haciendo un sacrificio por tu hijo.
Poco a poco, la expresión de Andy fue suavizándose.
-Supongo que tienes razón, Norah. La verdad es que no me imagino otro sitio para vivir. Por eso no puedo entender que alguien en su sano juicio quiera irse a vivir a ese nido de ratas que es Nueva York.
-Cada persona es diferente, pero estos dos volverán, ya lo veras.
-Mamá, no puedo hacer ninguna promesa.
Pero nick no pudo evitar barajar unas pocas fantasías. Quizá podría tenerlo todo, unos cuantos años de aventuras con miley y una familia y la seguridad allí en Coppervile con la única mujer a la que quería. Pero a miley podría no interesarle aquel plan. Después de todo, le había devuelto el colgante.
-No tienes que hacernos ninguna promesa -dijo su madre-. Pero supongo que tendrás que hacerle alguna a Miley.
CAP 81
-Tu madre ha estado muerta de preocupación por ti desde que se fue miley . Y yo también un poco, debo admitir. Has estado comportándote como un robot, como si hubieras perdido a tu mejor amigo, que supongo que es lo que ha pasado.
Nick sintió ardor en el cuello. Había estado tan absorto en sí mismo últimamente, que no se había dado cuenta de que su estado de ánimo había afectado a sus padres.
-Siento haber estado insoportable.
-Lo has estado -admitió su padre.
-No, no lo ha sido, Andy -Norah dirigió a su marido una mirada de advertencia-. Ha estado un poco sombrío, eso es todo.
-Para mí es lo mismo -dijo su padre.
-Estoy de acuerdo -aceptó Nick-. Pero estoy a punto de serlo más -inspiró con fuerza-. Sé que los dos han trabajado mucho para levantar este rancho todos estos años.
-Ha sido un trabajo por amor -dijo Norah.
No se lo estaba poniendo fácil.Nickse aclaró la garganta.
-les agradezco lo que han hecho y sé que el objetivo era pasarme el rancho a mí algún día, pero...
-No lo quieres -terminó su padre por él.
Nick miró a su padre a los ojos y su resolución casi se derrumbó al ver la gran decepción en su mirada.
-Podría -dijo con suavidad-, con el tiempo, cuando me haya quitado esta ansiedad por reco-rrer mundo. Esta noche, he empezado a comprender lo bonito que es, pero ahora mismo para mí es como un elefante sentado en mi pecho y ahogándome.
-Quieres ir a Nueva York, ¿verdad? -preguntó su madre en voz baja.
-Quizá.
Desde luego que quería. No se había permitido a sí mismo seguir aquel derrotero en sus planes, pero ahora que su madre había puesto la idea en palabras, supo inmediatamente que em-pezaría por Nueva York, aunque no sabía cómo se lo tomaría Miley.
-¿Y qué diablos harías en Nueva York?
El tono de su padre traicionaba la profundidad de su decepción.
-No estoy seguro. Probablemente intentaría encontrar un trabajo en alguna pequeña com-pañía aérea o en algún aeropuerto. Ya sabes que me encantan los aeroplanos, papá. Siempre me han gustado.
-¡Ya tienes un maldito aeroplano! ¡Puedes volar con él todo lo que quieras!
-¡Andy! -Norah apoyé una mano en el brazo de su marido-. Esa no es la cuestión. Quiere volar por su cuenta como ha hecho Miley. Además, la hecha de menos como un loco. No sé si será algo más que amistad, aunque estoy empezando a creer que sí -miró a Nick-. No he querido entrometerme, pero he tenido la fuerte sensación de que Tuname y tú habéis traspasado las fronteras de la amistad este verano. Y Debbie también lo cree.
-¿Has estado hablando con la madre de Miley de eso?
Nick sintió un fuerte ardor en la cara.
-Para ser sincera, mucha gente del pueblo tenía sus sospechas. Nos preguntábamos si Miley decidiría quedarse en casa después de todo. Y cuando se fue, lo sentí mucho por ti.
-Lo sabía -Andy tiró la servilleta en la mesa y apartó la silla-. Esto era todo por una mujer. Si Miley hubiera tenido el buen juicio de quedarse en Coppervile, podrian haberse casado y no estarías comparando el rancho con un maldito elefante.
-¡No eches la culpa a Miley! -en su agitación, Nick se levantó-. Siempre he sentido lo mis-mo. Los dos lo hemos sentido, miley y yo. Nos pasábamos horas de pequeños hablando de los sitios que veríamos y de las cosas tan excitantes que haríamos en cuanto nos fuéramos de Copperville.
-Muchos críos hablan así, pero después se hacen mayores y se dan cuenta de que lo que tienen aquí es mucho mejor que lo que puedan encontrar por ahí fuera.
Nick miró a su padre e intentó ponerse en su piel. Después de casi treinta años de deslomarse por crear una herencia para su hijo, ahora aquel hijo rechazaba su legado. Y -nick odiaba hacerle daño a su padre.
-Puede que sea mejor, papá, pero nunca lo apreciaré si no veo algo del resto del mundo.
-Por supuesto que debes -intervino su madre.
-Entonces quizá deberíamos vender el rancho ya -dijo Andy-. No merece la pena matarnos a trabajar si no se lo vamos a pasar a nadie..
Nick sintió ardor en el cuello. Había estado tan absorto en sí mismo últimamente, que no se había dado cuenta de que su estado de ánimo había afectado a sus padres.
-Siento haber estado insoportable.
-Lo has estado -admitió su padre.
-No, no lo ha sido, Andy -Norah dirigió a su marido una mirada de advertencia-. Ha estado un poco sombrío, eso es todo.
-Para mí es lo mismo -dijo su padre.
-Estoy de acuerdo -aceptó Nick-. Pero estoy a punto de serlo más -inspiró con fuerza-. Sé que los dos han trabajado mucho para levantar este rancho todos estos años.
-Ha sido un trabajo por amor -dijo Norah.
No se lo estaba poniendo fácil.Nickse aclaró la garganta.
-les agradezco lo que han hecho y sé que el objetivo era pasarme el rancho a mí algún día, pero...
-No lo quieres -terminó su padre por él.
Nick miró a su padre a los ojos y su resolución casi se derrumbó al ver la gran decepción en su mirada.
-Podría -dijo con suavidad-, con el tiempo, cuando me haya quitado esta ansiedad por reco-rrer mundo. Esta noche, he empezado a comprender lo bonito que es, pero ahora mismo para mí es como un elefante sentado en mi pecho y ahogándome.
-Quieres ir a Nueva York, ¿verdad? -preguntó su madre en voz baja.
-Quizá.
Desde luego que quería. No se había permitido a sí mismo seguir aquel derrotero en sus planes, pero ahora que su madre había puesto la idea en palabras, supo inmediatamente que em-pezaría por Nueva York, aunque no sabía cómo se lo tomaría Miley.
-¿Y qué diablos harías en Nueva York?
El tono de su padre traicionaba la profundidad de su decepción.
-No estoy seguro. Probablemente intentaría encontrar un trabajo en alguna pequeña com-pañía aérea o en algún aeropuerto. Ya sabes que me encantan los aeroplanos, papá. Siempre me han gustado.
-¡Ya tienes un maldito aeroplano! ¡Puedes volar con él todo lo que quieras!
-¡Andy! -Norah apoyé una mano en el brazo de su marido-. Esa no es la cuestión. Quiere volar por su cuenta como ha hecho Miley. Además, la hecha de menos como un loco. No sé si será algo más que amistad, aunque estoy empezando a creer que sí -miró a Nick-. No he querido entrometerme, pero he tenido la fuerte sensación de que Tuname y tú habéis traspasado las fronteras de la amistad este verano. Y Debbie también lo cree.
-¿Has estado hablando con la madre de Miley de eso?
Nick sintió un fuerte ardor en la cara.
-Para ser sincera, mucha gente del pueblo tenía sus sospechas. Nos preguntábamos si Miley decidiría quedarse en casa después de todo. Y cuando se fue, lo sentí mucho por ti.
-Lo sabía -Andy tiró la servilleta en la mesa y apartó la silla-. Esto era todo por una mujer. Si Miley hubiera tenido el buen juicio de quedarse en Coppervile, podrian haberse casado y no estarías comparando el rancho con un maldito elefante.
-¡No eches la culpa a Miley! -en su agitación, Nick se levantó-. Siempre he sentido lo mis-mo. Los dos lo hemos sentido, miley y yo. Nos pasábamos horas de pequeños hablando de los sitios que veríamos y de las cosas tan excitantes que haríamos en cuanto nos fuéramos de Copperville.
-Muchos críos hablan así, pero después se hacen mayores y se dan cuenta de que lo que tienen aquí es mucho mejor que lo que puedan encontrar por ahí fuera.
Nick miró a su padre e intentó ponerse en su piel. Después de casi treinta años de deslomarse por crear una herencia para su hijo, ahora aquel hijo rechazaba su legado. Y -nick odiaba hacerle daño a su padre.
-Puede que sea mejor, papá, pero nunca lo apreciaré si no veo algo del resto del mundo.
-Por supuesto que debes -intervino su madre.
-Entonces quizá deberíamos vender el rancho ya -dijo Andy-. No merece la pena matarnos a trabajar si no se lo vamos a pasar a nadie..
jueves, 16 de diciembre de 2010
chicas gracias por leer la nove =) mañana les pongo 4 CAPITULOSSSSS!! seguidos =)
agradesco mucho a todas por leer la novela , es muy importante para mi que a ustedes les guste ya que esta nove es para ustedes =D . Agradesco mucho a una chica de chile que comento que gastaba saldo para leer la nove en su celular , lo aprecio mucho enserio =D eso hace que me sienta contenta y que siga para adelante con la novelas y con muchas mas =D
las kieroo
MS
agradesco mucho a todas por leer la novela , es muy importante para mi que a ustedes les guste ya que esta nove es para ustedes =D . Agradesco mucho a una chica de chile que comento que gastaba saldo para leer la nove en su celular , lo aprecio mucho enserio =D eso hace que me sienta contenta y que siga para adelante con la novelas y con muchas mas =D
las kieroo
MS
sábado, 11 de diciembre de 2010
CAP 80
nick quería tirar el colgante donde fuera. En los tortuosos días que siguieron desde la mañana de la partida de Miley , había intentado hacerlo en la basura, en el río y por un precipi-cio, pero no lo había conseguido.
El día en que ella se había ido, había permanecido en un promontorio fuera del pueblo mirando cómo su coche desaparecía y, bastante después de perderse en la distancia, seguía allí con el colgante en la mano.
En las semanas que siguieron mantuvo la perla en un cajón de su habitación y había adquirido la costumbre de metérsela en el bolsillo de los vaqueros al empezar el día con la débil esperanza de que, después de un tiempo de vivir en la ciudad, ella se cansara y volviera a casa.
Mientras tanto, él realizaba su trabajo en el rancho como un robot. Cuando Miley había vi-vido en Copperville, le había gustado su trabajo, pero ahora la rutina diaria se le hacía inso-portable sin ella. Era ella la que había hecho que su vida fuera interesante y ahora ella había cumplido su sueño y lo había dejado atrás.
En un caluroso día de finales de septiembre, estaba una tarde tirando piedras al río cuando llegó a una decisión vital. En cuanto sus padres murieran, vendería el rancho y se iría a reco-rrer mundo. Eso no supliría la pérdida de Miley , pero tendría que servir.
Entonces, toda la farsa le pareció estúpida. Aparentar que amaba un rancho que no conser-varía en cuanto sus padres murieran era una injusticia para ellos. Sin embargo, contarles la verdad después de tantos años, no sería fácil. Pero tendría que hacerlo y acabar con aquella hipocresía.
Esperó hasta que acabaron de cenar. Apenas había sido capaz de probar el mejor asado de su madre, pero se obligó a tomar hasta el último bocado y mantener una conversación sobre antigüedades y sementales.
Desde que había entrado en el rancho esa tarde, lo había visto con unos ojos nuevos. Ahora que había decidido que aquel lugar no lo encadenaría, podía valorar las brillantes vigas y la chimenea de piedra, el pesado mobiliario de cuero alrededor de la chimenea y la mesa de cao-ba labrada del comedor.
No sería un mal sitio para vivir.., algún día y con la persona adecuada. Pero no podía esperar que sus padres lo mantuvieran sin él hasta que se asentara, ya que antes de que llegara ese día tenía muchas cosas que hacer.
Por fin, apartó su plato a un lado y los miró.
-Tengo que hablar con vosotros. Es... bastante serio.
-Por fin -exclamó su madre con un suspiro.
Nick la miró con sorpresa.
-¿Qué quieres decir?
El día en que ella se había ido, había permanecido en un promontorio fuera del pueblo mirando cómo su coche desaparecía y, bastante después de perderse en la distancia, seguía allí con el colgante en la mano.
En las semanas que siguieron mantuvo la perla en un cajón de su habitación y había adquirido la costumbre de metérsela en el bolsillo de los vaqueros al empezar el día con la débil esperanza de que, después de un tiempo de vivir en la ciudad, ella se cansara y volviera a casa.
Mientras tanto, él realizaba su trabajo en el rancho como un robot. Cuando Miley había vi-vido en Copperville, le había gustado su trabajo, pero ahora la rutina diaria se le hacía inso-portable sin ella. Era ella la que había hecho que su vida fuera interesante y ahora ella había cumplido su sueño y lo había dejado atrás.
En un caluroso día de finales de septiembre, estaba una tarde tirando piedras al río cuando llegó a una decisión vital. En cuanto sus padres murieran, vendería el rancho y se iría a reco-rrer mundo. Eso no supliría la pérdida de Miley , pero tendría que servir.
Entonces, toda la farsa le pareció estúpida. Aparentar que amaba un rancho que no conser-varía en cuanto sus padres murieran era una injusticia para ellos. Sin embargo, contarles la verdad después de tantos años, no sería fácil. Pero tendría que hacerlo y acabar con aquella hipocresía.
Esperó hasta que acabaron de cenar. Apenas había sido capaz de probar el mejor asado de su madre, pero se obligó a tomar hasta el último bocado y mantener una conversación sobre antigüedades y sementales.
Desde que había entrado en el rancho esa tarde, lo había visto con unos ojos nuevos. Ahora que había decidido que aquel lugar no lo encadenaría, podía valorar las brillantes vigas y la chimenea de piedra, el pesado mobiliario de cuero alrededor de la chimenea y la mesa de cao-ba labrada del comedor.
No sería un mal sitio para vivir.., algún día y con la persona adecuada. Pero no podía esperar que sus padres lo mantuvieran sin él hasta que se asentara, ya que antes de que llegara ese día tenía muchas cosas que hacer.
Por fin, apartó su plato a un lado y los miró.
-Tengo que hablar con vosotros. Es... bastante serio.
-Por fin -exclamó su madre con un suspiro.
Nick la miró con sorpresa.
-¿Qué quieres decir?
CAP 79
miley miró enfrente. Joan y Rhino ya se estaban acercando, así que no tenían mucho tiem-po. Bajó la voz al hablar.
-Maldita sea, no pienso consentir que aceptes la culpa de todo esto. Fue idea mía y soy yo la que debería sentirme culpable, no tú.
-Como te he dicho, podría haberte rechazado.
-Tú sabías que iba buscar a quien fuera para hacerlo y tenías miedo de que acabara con gentuza.
-Sí y también estaba ese vestido -miley lo miró enfadada-. ¿Por qué te lo has puesto hoy, miley ?
-Porque había empaquetado todo lo demás.
-¿Y la perla?
El corazón le dolió tanto que apenas podía respirar.
-Nick, yo...
-Prométeme una cosa.
-¿Qué?
-Que la llevarás puesta en Nueva York.
-¡Dios, no puedo dejar un instante a mi gente sin que la disciplina caiga por tierra! -exclamó Joan, que había llegado en ese momento.
Rhino miró con suspicacia a Nick.
-Vamos, Nick. Tengo un cargamento de hamacas en la furgoneta que quiero que me ayudes a instalar.
-Claro.
Nick miró a Miey , que estaba frotando la perla con una mano. La soltó y se dio la vuelta. Su petición la había confundido por completo. Sabía que llevar la perla sería un constante re-cuerdo de él que impediría que se fuera con nadie más.
Cuanto más lo pensaba, más se enfadaba. ¿Quién se creía que era, intentando atarla de esa manera cuando él no tenía ninguna intención de comprometerse?
Sus padres llegaron poco después. En cuanto la fiesta estuvo en pleno apogeo,Miley procu-ró hacerla especial para ellos sabiendo que en una semana ya no podría verlos ni hablar con ellos. Se preguntó de nuevo si no estaría cometiendo un grave error al irse, pero ya no podía cambiar las cosas y, además, necesitaba alejarse de Joe. Si se quedaba allí, se le rompería el corazón sin remedio.
Aunque dedicó toda su atención a la fiesta, no podía dejar de escuchar su voz, su risa, ser consciente de su mirada, de su presencia. Era como si un hilo invisible la atara a él.
Por fin, decidió que el colgante de perla era parte del problema. No podía llevarlo a Nueva York y mucho menos ponérselo. Nick debía saberlo.
Se disculpó con el pretexto de que necesitaba ir a los aseos del parque y, cuando se apartó de la multitud, se lo quitó con manos temblorosas. Una vez hecho, se sintió como si se hubiera enganchado el corazón en un alambre de púas Pero eso era lo que tenía que hacer. Encontró a Nick comiendo pastel y charlando con un par de rancheros vecinos.
-Perdóname, Nick.
-Claro -la miró con debilidad-. ¿Qué pasa?
Ella estiró la mano y le metió la perla en el bolsillo de la camisa.
-¿Puedes guardarme esto?
Entonces, conteniendo un sollozo, se dio la vuelta y se alejó de allí.
-Maldita sea, no pienso consentir que aceptes la culpa de todo esto. Fue idea mía y soy yo la que debería sentirme culpable, no tú.
-Como te he dicho, podría haberte rechazado.
-Tú sabías que iba buscar a quien fuera para hacerlo y tenías miedo de que acabara con gentuza.
-Sí y también estaba ese vestido -miley lo miró enfadada-. ¿Por qué te lo has puesto hoy, miley ?
-Porque había empaquetado todo lo demás.
-¿Y la perla?
El corazón le dolió tanto que apenas podía respirar.
-Nick, yo...
-Prométeme una cosa.
-¿Qué?
-Que la llevarás puesta en Nueva York.
-¡Dios, no puedo dejar un instante a mi gente sin que la disciplina caiga por tierra! -exclamó Joan, que había llegado en ese momento.
Rhino miró con suspicacia a Nick.
-Vamos, Nick. Tengo un cargamento de hamacas en la furgoneta que quiero que me ayudes a instalar.
-Claro.
Nick miró a Miey , que estaba frotando la perla con una mano. La soltó y se dio la vuelta. Su petición la había confundido por completo. Sabía que llevar la perla sería un constante re-cuerdo de él que impediría que se fuera con nadie más.
Cuanto más lo pensaba, más se enfadaba. ¿Quién se creía que era, intentando atarla de esa manera cuando él no tenía ninguna intención de comprometerse?
Sus padres llegaron poco después. En cuanto la fiesta estuvo en pleno apogeo,Miley procu-ró hacerla especial para ellos sabiendo que en una semana ya no podría verlos ni hablar con ellos. Se preguntó de nuevo si no estaría cometiendo un grave error al irse, pero ya no podía cambiar las cosas y, además, necesitaba alejarse de Joe. Si se quedaba allí, se le rompería el corazón sin remedio.
Aunque dedicó toda su atención a la fiesta, no podía dejar de escuchar su voz, su risa, ser consciente de su mirada, de su presencia. Era como si un hilo invisible la atara a él.
Por fin, decidió que el colgante de perla era parte del problema. No podía llevarlo a Nueva York y mucho menos ponérselo. Nick debía saberlo.
Se disculpó con el pretexto de que necesitaba ir a los aseos del parque y, cuando se apartó de la multitud, se lo quitó con manos temblorosas. Una vez hecho, se sintió como si se hubiera enganchado el corazón en un alambre de púas Pero eso era lo que tenía que hacer. Encontró a Nick comiendo pastel y charlando con un par de rancheros vecinos.
-Perdóname, Nick.
-Claro -la miró con debilidad-. ¿Qué pasa?
Ella estiró la mano y le metió la perla en el bolsillo de la camisa.
-¿Puedes guardarme esto?
Entonces, conteniendo un sollozo, se dio la vuelta y se alejó de allí.
CAP 78
miley sabía que las dos últimas semanas en Copperville serían duras, pero no había imaginado que tanto. Se moría de deseo por nick, pero eso ya lo había esperado. Pero los momentos que no había esperado eran los peores, momentos en que su primer impulso era llamarlo para compartir alguna confidencia de su vida y se iba a marcar el teléfono sin darse cuenta. Entonces, la verdad la asaltaba. No importaba lo que hubieran prometido acerca de ser siempre amigos, su amistad estaba muerta.
Pero la más exquisita tortura todavía estaba pendiente: la fiesta de aniversario de sus padres junto con su despedida en el parque. Todo Copperville acudiría... y también nick, por supuesto.
Para el día de la fiesta,miley ya había empaquetado casi todas sus cosas y se había dado cuenta demasiado tarde de que el único vestido lo bastante festivo como para el acontecimiento que no había guardado era el de margaritas. nick probablemente pensaría que se lo había puesto a propósito, y la única razón por la que seguía colgado era porque se había olvidado de meterlo en la bolsa que iba a dar a una asociación de caridad.
Llegó al parque temprano para ayudar a sus hermanos y cuñadas en los preparativos. Trabajaron sin descanso bajo el ardiente calor, hinchando globos, encendiendo las barbacoas y persiguiendo a los revoltosos niños. Miley dio las gracias por la frenética actividad que la ayudaba a apartar a Nick de sus pensamientos.
Pero el pulso se le aceleró en cuanto vio su furgoneta y a él bajar y empezar a descargar cajas de cerveza.
-Voy a ayudarle -anunció Rhino.
-No empieces a probarlas hasta que hayamos terminado aquí -le advirtió Joan, su esposa.
miley los miró de soslayo trabajar, gastarse bromas y reírse. Pronto, sus otros tres hermanos se reunieron con ellos y todos actuaban como amigos, así que empezó a tener esperan-zas de que ya hubieran hecho las paces con Nick.
-¡Eh, Dozer! -lo llamó Cindy-. Es hora de que Tim y tú empecéis a cocinar. La gente está empezando a llegar y la pareja homenajeada estará aquí en pocos minutos.
-Ya voy -gritó Dozer.
Deena siguió atando globos en la parra más cercana.
-Hammer -llamó a su esposo-. Necesito que vigiles a Jason y a Kimberly en los columpios.
Hammer se dirigió a los columpios.
-Jason, hijo. Déjale montar a Kimmy.
miley intentó no fijarse en nick mientras vaciaba hielo en un contenedor para poner los cuencos de las ensaladas. Nunca lo había usado para hacer el amor con nick como había planeado, pero cada vez que lo veía se acordaba.
-Cindy, ¿en qué nevera metiste las hamburguesas y los perritos calientes?
-En la roja.
miley vació la última bolsa de hielo en el contenedor.
-Joan, esto ya está.
-¿Para qué es? -preguntó Nick.
miley lo miró y supo por el brillo de su mirada que había pretendido que la pregunta la alterara. Se sonrojó sin poder remediarlo.
-Nosotros, eh...
-Es para las ensaladas, para que no nos envenenemos con la mahonesa -respondió con rapi-dez Joan.
-No sirve sólo para eso -dijo Rhino agarrando un trozo de hielo para meterlo por la espalda de su mujer.
Ella lanzó un grito y agarró un puñado de hielo antes de salir corriendo tras él por el parque.
Y así fue como nick y miley se quedaron solos. nick agarró un trozo de hielo y lo miró.
-Nunca llegamos a hacerlo.
miley tenía la garganta tan seca, que no podía hablar. Sólo sacudió la cabeza.
-Supongo que ya nunca lo haremos -dejó caer el hielo al suelo y se acercó más a ella-. ¿Qué tal estás?
-Bien -se arriesgó a mirarlo a los ojos y apartó la vista de nuevo. Demasiado potentes-. ¿Y tú?
-Bien. Pensé llamarte para ver cómo te iba pero no quería poner las cosas peor.
-Sí, probablemente me hubiera sentido peor. Nick , ¿mis hermanos...?
-¿Que si me pegaron? No, aunque por una parte me hubiera gustado. Podría haber hecho que me sintiera mejor.
Pero la más exquisita tortura todavía estaba pendiente: la fiesta de aniversario de sus padres junto con su despedida en el parque. Todo Copperville acudiría... y también nick, por supuesto.
Para el día de la fiesta,miley ya había empaquetado casi todas sus cosas y se había dado cuenta demasiado tarde de que el único vestido lo bastante festivo como para el acontecimiento que no había guardado era el de margaritas. nick probablemente pensaría que se lo había puesto a propósito, y la única razón por la que seguía colgado era porque se había olvidado de meterlo en la bolsa que iba a dar a una asociación de caridad.
Llegó al parque temprano para ayudar a sus hermanos y cuñadas en los preparativos. Trabajaron sin descanso bajo el ardiente calor, hinchando globos, encendiendo las barbacoas y persiguiendo a los revoltosos niños. Miley dio las gracias por la frenética actividad que la ayudaba a apartar a Nick de sus pensamientos.
Pero el pulso se le aceleró en cuanto vio su furgoneta y a él bajar y empezar a descargar cajas de cerveza.
-Voy a ayudarle -anunció Rhino.
-No empieces a probarlas hasta que hayamos terminado aquí -le advirtió Joan, su esposa.
miley los miró de soslayo trabajar, gastarse bromas y reírse. Pronto, sus otros tres hermanos se reunieron con ellos y todos actuaban como amigos, así que empezó a tener esperan-zas de que ya hubieran hecho las paces con Nick.
-¡Eh, Dozer! -lo llamó Cindy-. Es hora de que Tim y tú empecéis a cocinar. La gente está empezando a llegar y la pareja homenajeada estará aquí en pocos minutos.
-Ya voy -gritó Dozer.
Deena siguió atando globos en la parra más cercana.
-Hammer -llamó a su esposo-. Necesito que vigiles a Jason y a Kimberly en los columpios.
Hammer se dirigió a los columpios.
-Jason, hijo. Déjale montar a Kimmy.
miley intentó no fijarse en nick mientras vaciaba hielo en un contenedor para poner los cuencos de las ensaladas. Nunca lo había usado para hacer el amor con nick como había planeado, pero cada vez que lo veía se acordaba.
-Cindy, ¿en qué nevera metiste las hamburguesas y los perritos calientes?
-En la roja.
miley vació la última bolsa de hielo en el contenedor.
-Joan, esto ya está.
-¿Para qué es? -preguntó Nick.
miley lo miró y supo por el brillo de su mirada que había pretendido que la pregunta la alterara. Se sonrojó sin poder remediarlo.
-Nosotros, eh...
-Es para las ensaladas, para que no nos envenenemos con la mahonesa -respondió con rapi-dez Joan.
-No sirve sólo para eso -dijo Rhino agarrando un trozo de hielo para meterlo por la espalda de su mujer.
Ella lanzó un grito y agarró un puñado de hielo antes de salir corriendo tras él por el parque.
Y así fue como nick y miley se quedaron solos. nick agarró un trozo de hielo y lo miró.
-Nunca llegamos a hacerlo.
miley tenía la garganta tan seca, que no podía hablar. Sólo sacudió la cabeza.
-Supongo que ya nunca lo haremos -dejó caer el hielo al suelo y se acercó más a ella-. ¿Qué tal estás?
-Bien -se arriesgó a mirarlo a los ojos y apartó la vista de nuevo. Demasiado potentes-. ¿Y tú?
-Bien. Pensé llamarte para ver cómo te iba pero no quería poner las cosas peor.
-Sí, probablemente me hubiera sentido peor. Nick , ¿mis hermanos...?
-¿Que si me pegaron? No, aunque por una parte me hubiera gustado. Podría haber hecho que me sintiera mejor.
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