martes, 11 de enero de 2011

CAP 5

Otro día comenzó, el sol no entró esta vez por la ventana, pero se anunciaba el comienzo de un nuevo día.

Me levanté de la cama, y fui al balcón, el sol apenas estaba arriba y comenzaba a iluminar la playa.

Me vestí, tomé mi bicicleta y salí de la casa.

Había unas cuantas personas en el muelle, pero prácticamente estaba solo. Aun era temprano, seguramente todavía no eran ni las 6am.

Me bajé de la bici, me quité mis sandalias y caminé descalza sobre la arena aun fría por la noche.

Seguí caminando con mi bici hasta dejarla segura en uno de los asientos de la Avenida.

Caminé, sintiendo el viento, el sol, y contemplando el inmenso azul que estaba sobre mi.

Estaba sentada en la orilla, las olas alcanzaban solo los dedos de mis pies cuando chocaban contra la arena mojada.

Estaba ensimismada cuando vi un bote acercarse.

El chico remaba de espaldas, y cuando se bajó para subir el bote a la playa, vi que era Nick.

Mi corazón dio un salto estúpido y sentí frío en el estomago. Me aclaré la garganta, y miré a otro lado, la idea era que Nick no viera que lo acosaba con la mirada,
pero fue prácticamente imposible cuando intenté verlo disimuladamente y el se reía alegremente.

Me quedé congelada al ver su risa, juro que en ese momento sentí que todo iba a menor velocidad.

-Por que intentas esconder que me veías?
- Nick, yo no...
-Es broma Miles.
-Lo... Lo sé –Reí nerviosa
-Y de nuevo mientes.
-Quien lo dice?
-Yo.
-Por que lo dices?
-Hay formas de reconocer cuando una persona miente. –No dije nada, Nick se sentó justo a mi lado en la arena- Y tu cuerpo no miente.


Seguía sin hablar, Simplemente no podía hacerlo, estaba congelada.

-No te niego que sabes disimular muy bien. Pero como ya dije, tu cuerpo te delata.
-Mi cuerpo?
-Tus mejillas. – Nick me miró a los ojos, sonrió de nuevo y volteó al mar- Siempre te sonrojas.
-Te recuerdo que te conozco desde hace poco.
-Me bastan las dos situaciones en las que he estado contigo para conocerte. – Nick volteó de nuevo hacia mi, sus ojos buscaban cualquier movimiento que intentara hacer- En la feria te vi enojada, vi como tus ojos reflejaban eso, y como tus mejillas cambiaban de color, y bueno, también te vi cuando estaba a punto de besarte, de nuevo vi tus ojos, y tus mejillas. Y por supuesto vi de nuevo cuando me empujaste y volvió la rabia. – Nick rió de nuevo mientras yo puse los ojos en blanco, subí las piernas y apoye mi cara en mis rodillas-

-Y como intentas evitar que hable de eso. –Su comentario me dio risa, sonreí y negué con la cabeza-
-De nuevo recosté mi cabeza en una rodilla pero esta vez viendo a Nick
-Te tengo una propuesta.
-Cual?
-Hagamos esto todos los días.
-Crees que no tengo otra cosa que hacer?
-Vamos Miley, si tuvieses algo mejor que hacer no estarías aquí.
-Me atrapaste, -Reí- pero que te hace pensar que quiero estar aquí contigo todos los días?
-De nuevo, tu mirada.

Estuvimos en silencio, escuchando el sonido de las olas al chocar con la orilla hasta que pregunté:
-Como lo haces?
-Hacer qué?
-Encantar a las personas.
-Te encante a ti?
-No se supone que sabes lo que pienso?
-Se que sientes. – Nick se puso serio, seguí viéndolo, no quería perderme ni un segundo de su teoría- Sé que te gusto, eso lo notaría hasta un ciego, lo sé por la forma en que me miras, por como te pones nerviosa cuando estoy cerca de ti. Y en este mismo instante te dejé sin palabras de nuevo.
-Te odio.

Nick soltó otra de sus risas despreocupadas y se levantó.

-A donde vas? – Pregunté dudosa.
-A desayunar, y tu vendrás conmigo.
-Pero...
-Shhh, vendrás conmigo.

Volteé a ver el bote de Nick junto a varios botes de pesca y luego mi bici fija con una cadena en el asiento que la había dejado.

Nick me ofreció su mano, esta vez la acepté sin dudarlo, me estaba acostumbrando a esto, su mano sobre la mía, sus dedos entrelazados con los míos, sus ojos mirándome, su risa encantándome.

El, enamorándome más en cada segundo.

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destiny suspiró al leer esas palabras, eran más de las 2am. Y ella seguía sin poder dejar a un lado la historia que la cautivo totalmente. Pero su vida no era tan fácil, así que apagó la luz y se quedo dormida.

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