viernes, 14 de enero de 2011

CAP 8

BIENVENIDAS NUEVAS LECTORAS =)

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Estaba tan enfocada en pasar este último mes con Nick que olvidé una fecha importante en el calendario. La conversacion surgió hace dos noches, cuando los chicos habían venido a cenar a casa.

-Miley?
-Sí, abuela.
-Se acerca tu cumpleaños, que piensas hacer ese día? Quieres que hagamos algo acá o..?
-Ciertoo! -gritó Demi - Faltan exactamente 2 semanas!
-En realidad no tengo nada planeado, ni siquiera recordaba que era mi cumpleaños.
-Eso ya está cubierto -Dijo Nick con una sonrisa de suficiencia que dejó a todos pensando en que rayos traía entre manos.

Lo miré confundida pero decidí olvidar el tema y seguir con mi cena.


-A qué le temes?- Me preguntó Nick mientras me abrazaba, y me sacaba de mis pensamientos-

La noche estaba hermosa, más que hermosa, estaba encantadora, el cielo estaba totalmente despejado y las estrellas brillaban por todo lo alto. Habiamos decidido sentarnos en la orilla del mar a ver el cielo, era hermoso poder estar en silencio con él sin tener que llenarlo con palabras innecesarias. Pero lo que me preguntó estaba lleno de verdadera curiosidad

-En este instante?, Le temo al futuro.
-Al futuro? – Nick buscó mi mirada.
-Aja, al mañana. A no saber que pasará con nosotros.
-Bueno, mañana podremos ir a..
- Nick.
-Sé lo que quieres decir, porque yo también tengo miedo, pero estoy seguro de lo que siento, y se que no te irás tan fácilmente. Podremos estar miles y miles de millas separados pero tu siempre tendrás mi corazón.
-Se lo dices a todos tus amores de verano? –Le pregunté mientras recostaba mi cabeza en su hombro y él besaba mi cabello-.
-No.
-No?
-Me refiero a que esto no es un simple amor de verano.
-Subí la mirada y me encontré con sus ojos-. Lo miré durante el tiempo que me tomó acercarlo hasta besarlo dulcemente.

Eran estos los momentos que me hacían recordar que lo amaba de una manera inexplicable. Momentos terriblemente cursis que solo se ven en una novela romántica o en una película para llorar.
Momentos inolvidables que ojalá no terminaran.

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Destiny estaba sentada leyendo el diario de su abuela bajo un árbol del Central Park cuando Jerry se acercó hacia ella.

-Hola Destiny.
-Hola Jerry.

El mismo intercambio de palabras que últimamente podían hacer.

Su relación había cambiado desde el momento en que cada uno se dio cuenta de lo que sentía por el otro. Lo lamentable del caso es que ninguno era lo suficientemente valiente como para decirlo, o simplemente demostrarlo.

Los dos abrieron la boca, pero al mismo tiempo les dieron la palabra al otro.

-Habla tú –Dijo destiny
-No, tú dest- Dijo Jerry.

De nuevo, los dos intentaron hablar, pero se callaron, fue uno de esos silencios incómodos que solo se pueden llenar con un beso.

Pero por supuesto eso no iba a pasar.

-Y que cuentas? –Al fin pudo decir Jerry.
-Nada nuevo, y tu? – Pregunto destiny con media sonrisa.
-Nada, Veo que sigues leyendo eso.
-Aja.
-De que trata?
-De mi abuela, es su diario.
-¿Porqué estás tan interesarada en un diario tan viejo?
-No entiendes? Es de mi abuela.
-Pero tu abuela Miley escribió eso hace tanto tiempo… no entiendo como puede ser divertido leer la vida de una persona que vivió en esos tiempos.
-Bueno, si no te interesa déjame en paz.

El silencio se hizo interminable.

-Oye, quisieras salir al cine, o algo? Tenemos mucho tiempo sin salir.
-Jerry , ahora no tengo ganas, quizás en unos días, está bien?
-Claro, Claro.

De nuevo silencio.

Uno de ellos se cansó primero, y fue Jerry , quien después de despedirse de su amor secreto, se fue maldiciendo el hecho de no tener las agallas suficientes para decirle lo que sentía por ella.

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-Bueno –Dijo Nick- Comencemos de nuevo.
-Nicholas, si vuelves a gritarme como aquella vez...
-Eso no va a pasar.
-Esta bien.

Respire profundo y pisé el acelerador de la camioneta del abuelo.

-No frenes!
-No estoy frenando.
-Estás frenando Miley! Esto parece una montaña rusa en vez de una camioneta.
-No estoy frenando!!!
-Y quién está gritando ahora?!!!
-Ok. Lo siento.
-Vamos amor, tú puedes.

Respiré de nuevo y apreté el maldito acelerador de nuevo.

Esta vez la camioneta iba mas rápido, mucho mas rápido…

-Frenaaaa!!!!
-Pero…!!!
-Frenaaaaaa!!!!!
-Aaaaaahhhhhh!
-Deja de gritar y frena!!! Nos vamos a matar!!!

Pisé el freno con todas mis fuerzas y estuvimos al borde, justo al borde de chocar contra una de las montañas.

-Listo, me harté. –Abri la puerta de la pick up, me bajé y la cerré con todas mis fuerzas.
- Hey Hey Hey!
- Déjame en paz!!!
-Yo debería ser el que esta molesto, ibas a acabar con mi vida.
-No iba a estrellarme contra la montaña, no soy estúpida!
-Apenas estás aprendiendo a conducir.
-Cállate, Nick!

El muy idiota sonreía. Pff. No lo soportaba, me causaba náuseas.

-Qué es tan gracioso?!!!
-Que me estás gritando justo como aquella vez..
-Eres insoportable!!!
-Y tu te ves tan bonita enojada...
-Deja de burlarte de mí, Nicholas!
-Sabes de que me dan ganas?
-No lo sé, pero a mí de matarte!
-De esto..

Ni siquiera lo dijo. No hacía falta. Una sola acción servía para explicar todo lo que tenía en su mente.

Atrapó mi cintura entre sus brazos en cuestión de segundos. Ni siquiera me dió tiempo de huir. Al principio me resistí a su beso, pero era una tortura, una carrera que iba a perder, así que como siempre, me derretí entre sus brazos. Estábamos tan acoplados, tan juntos, tan perfectamente diseñados…

Mientras sus labios se movían sobre los míos sus manos descansaban en cada lado de la camioneta. Me tenía entre la pickup y él, obligándome a permanecer en esa cárcel tentadora.

Estábamos solos, y eso me daba la libertad de embriagarme con el sabor de sus labios. Con su aliento sobre mi piel y sus suspiros en mis oídos.

Me estremecí cuando él susurró un “Te amo” entre besos. Nick sabía que decir, y en qué momento, para hacer volar mi cabeza y hacerme rogar por más.

Un camión paso tocando la bocina escandalosamente que hizo que Nick se separara de mi.

El hombre nos gritó algunas cosas que no vale la pena repetir, pero que hicieron que la sangre corriera a mil por hora hacia mis mejillas.

Entre risas, nos separamos y nos subimos a la camioneta, donde Nick conducía hasta casa.

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