miley cyrus se balanceó con suavidad en la mecedora del porche con un bloc en la rodilla y un vaso de té helado en la mesita a su lado. Contempló lo que había escrito y suspiró. El principio de una búsqueda era la parte más difícil.
Era una lástima que a los veintiséis años, una mujer razonablemente atractiva se encontrara incapaz de resolver el problema de su virginidad, pero así era. Y tenía que cambiar su situación o perdería su credibilidad con las colegialas adolescentes a las que debía asesorar. Además, deseaba la experiencia del sexo. Se moría por experimentarlo.
Dio un sorbo a su té y continuó.
Objetivo primero: encontrar un candidato experto que quiera desflorarme.
Objetivo segundo: hacer jurar al candidato secreto absoluto.
Objetivo tercero: hacerlo.
miley suspiró de nuevo. Escribir sus objetivos había sido su método de conseguir lo que deseaba desde los ocho años en que se había muerto de ganas por tener un pony. Pero aunque deseaba perder la inocencia mucho más de lo que había deseado aquel pony, su actual proyecto parecía más difícil que hacer un viaje a la luna.
El pequeño pueblo de nashville, tenesse, no estaba precisamente atestado de "candidatos expertos", pero incluso los pocos que podrían serlo habían huido tiempo atrás amedrentados por sus cuatro súper protectores hermanos. Y ninguno de sus corpulentos hermanos había bajado la guardia. Todos esperaban que su hermanita llegara virgen al tálamo nupcial. Estaban sumergidos en la edad media, pero ella los quería demasiado como para desafiarlos.
Ésa era la razón del objetivo número dos. Pero aquel punto era escabroso. Incluso aunque encontrara un candidato que no se sintiera intimidado por sus hermanos, ¿cómo guardar un secreto en un pueblo en el que si tenías dolor de garganta te aparecían en la puerta tres tipos de sopa de pollo diferentes a la mañana siguiente?
Sus objetivos eran inalcanzables. Apartó el cuaderno y lo posó sobre los libros que había comprado para el objetivo número tres. Había tenido que ir a buscarlos hasta Phoenix sabiendo que no podían verla en Copperville con un libro como: Cien maneras de volverlo loco.
Y para ser sincera, la lista podría haberla ayudado a conseguir aquel pony años atrás, pero su mejor amigo, nicholas jonas, nick, había sido la auténtica llave. Su familia vivía en el pueblo y no tenía sitio para albergar un caballo, pero nick había propuesto a sus padres que lo guardaran en su rancho.
Nick!. ¡Él la ayudaría a encontrar al hombre adecuado! Al contrario que sus hermanos, nick entendía por qué necesitaba aceptar aquel trabajo en Nueva York y ser una mujer independiente y capaz. Sus hermanos podían haberse reído cuando ella había pedido un sable en Navidad, pero nick había ahorrado su paga y se lo había comprado.
Seguramente nick entendería que no podía llegar a Nueva York siendo virgen. Ya era bastante desventaja proceder de un pueblo pequeño. Si las chicas a las que tenía que aconsejar descubrieran que era sexualmente inexperta, se reirían de ella. nick lo entendería en el acto y la ayudaría a resolver su problema.
El sol apenas se había elevado sobre las crestas de las montañas cuando Joseph ensilló a los dos caballos. Se había levantado esa mañana de la cama con sensación de anticipación. No había salido a montar con miley de madrugada desde hacía meses y, cuando ella le había llamado para sugerírselo, se había sentido feliz, aunque últimamente estaba un poco celoso de ella.
De niños se habían pasado horas hablando de los sitios a los que irían de mayores. Y en septiembre, ella realizaría sus sueños mientras que él seguiría atrapado en el rancho. Sus padres esperaban que se quedara y que con el tiempo se hiciera cargo de la tierra que ellos habían conseguido con tanto esfuerzo. Y como hijo único, no podía pasar esa obligación a nadie más.
miley lo tenía más fácil con sus cuatro hermanos, sus mujeres y los siete nietos que tenían ya sus padres. No tenía por qué sentir culpabilidad por aferrarse a aquella oportunidad de independencia. Nick envidiaba esa libertad.
-Lo mejor de la mañana para ti, Jonas.
Nick apretó la cincha de Peppermint Patty y se volvió para sonreír a miley.
Ella lo había saludado así durante meses después de haber hecho de protagonista en una comedia de la escuela y eso le traía recuerdos.
Era una lástima que a los veintiséis años, una mujer razonablemente atractiva se encontrara incapaz de resolver el problema de su virginidad, pero así era. Y tenía que cambiar su situación o perdería su credibilidad con las colegialas adolescentes a las que debía asesorar. Además, deseaba la experiencia del sexo. Se moría por experimentarlo.
Dio un sorbo a su té y continuó.
Objetivo primero: encontrar un candidato experto que quiera desflorarme.
Objetivo segundo: hacer jurar al candidato secreto absoluto.
Objetivo tercero: hacerlo.
miley suspiró de nuevo. Escribir sus objetivos había sido su método de conseguir lo que deseaba desde los ocho años en que se había muerto de ganas por tener un pony. Pero aunque deseaba perder la inocencia mucho más de lo que había deseado aquel pony, su actual proyecto parecía más difícil que hacer un viaje a la luna.
El pequeño pueblo de nashville, tenesse, no estaba precisamente atestado de "candidatos expertos", pero incluso los pocos que podrían serlo habían huido tiempo atrás amedrentados por sus cuatro súper protectores hermanos. Y ninguno de sus corpulentos hermanos había bajado la guardia. Todos esperaban que su hermanita llegara virgen al tálamo nupcial. Estaban sumergidos en la edad media, pero ella los quería demasiado como para desafiarlos.
Ésa era la razón del objetivo número dos. Pero aquel punto era escabroso. Incluso aunque encontrara un candidato que no se sintiera intimidado por sus hermanos, ¿cómo guardar un secreto en un pueblo en el que si tenías dolor de garganta te aparecían en la puerta tres tipos de sopa de pollo diferentes a la mañana siguiente?
Sus objetivos eran inalcanzables. Apartó el cuaderno y lo posó sobre los libros que había comprado para el objetivo número tres. Había tenido que ir a buscarlos hasta Phoenix sabiendo que no podían verla en Copperville con un libro como: Cien maneras de volverlo loco.
Y para ser sincera, la lista podría haberla ayudado a conseguir aquel pony años atrás, pero su mejor amigo, nicholas jonas, nick, había sido la auténtica llave. Su familia vivía en el pueblo y no tenía sitio para albergar un caballo, pero nick había propuesto a sus padres que lo guardaran en su rancho.
Nick!. ¡Él la ayudaría a encontrar al hombre adecuado! Al contrario que sus hermanos, nick entendía por qué necesitaba aceptar aquel trabajo en Nueva York y ser una mujer independiente y capaz. Sus hermanos podían haberse reído cuando ella había pedido un sable en Navidad, pero nick había ahorrado su paga y se lo había comprado.
Seguramente nick entendería que no podía llegar a Nueva York siendo virgen. Ya era bastante desventaja proceder de un pueblo pequeño. Si las chicas a las que tenía que aconsejar descubrieran que era sexualmente inexperta, se reirían de ella. nick lo entendería en el acto y la ayudaría a resolver su problema.
El sol apenas se había elevado sobre las crestas de las montañas cuando Joseph ensilló a los dos caballos. Se había levantado esa mañana de la cama con sensación de anticipación. No había salido a montar con miley de madrugada desde hacía meses y, cuando ella le había llamado para sugerírselo, se había sentido feliz, aunque últimamente estaba un poco celoso de ella.
De niños se habían pasado horas hablando de los sitios a los que irían de mayores. Y en septiembre, ella realizaría sus sueños mientras que él seguiría atrapado en el rancho. Sus padres esperaban que se quedara y que con el tiempo se hiciera cargo de la tierra que ellos habían conseguido con tanto esfuerzo. Y como hijo único, no podía pasar esa obligación a nadie más.
miley lo tenía más fácil con sus cuatro hermanos, sus mujeres y los siete nietos que tenían ya sus padres. No tenía por qué sentir culpabilidad por aferrarse a aquella oportunidad de independencia. Nick envidiaba esa libertad.
-Lo mejor de la mañana para ti, Jonas.
Nick apretó la cincha de Peppermint Patty y se volvió para sonreír a miley.
Ella lo había saludado así durante meses después de haber hecho de protagonista en una comedia de la escuela y eso le traía recuerdos.
linda siguelaaa!!
ResponderEliminarME ENCANTAAAA SIGUELA POR FVORR!
ResponderEliminarSIGUELA ESTA SUPER!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar